jueves, 30 de octubre de 2025

CASA DE PILATOS

 

Casa Ribera Enríquez-Medinaceli

Fadrique Alonso de Castilla, hermano del rey Enrique II, fallecido el 29 de mayo de 1358, maestre de la Orden de Santiago, adelantado mayor de la frontera de Andalucía, iniciador de la Casa nobiliaria Enríquez, almirantes de Castilla, duques de Medina de Río Seco, linaje que posteriormente pasó al ducado de Osuna, tuvo como uno de sus descendientes más ilustres a Fernando II, rey de Aragón.

Sería asesinado por su hermano Pedro I en el Alcázar de Sevilla. Está enterrado en la criptas de la capilla de los Reyes de la Catedral y hay un retrato suyo en un medallón de la plaza de España.

La construcción del palacio se inició en 1483, por iniciativa y deseo de Pedro Enríquez de Quiñones (IV Adelantado Mayor de Andalucía) y su segunda esposa Catalina de Ribera, fundadores de la Casa de Alcalá. La obra se levantó sobre varios solares que habían sido confiscados por la Inquisición. El fallecimiento en 1493 de Pedro Enríquez, llevó a que Catalina fuese la encargada de acometer la configuración inicial del palacio. Su hijo Fadrique Enríquez de Ribera, I marqués de Tarifa, III conde de los Molares, Adelantado mayor de Andalucía y señor de Alcalá de los Gazules y su nieto Per Afán de Ribera y Portocarrero ampliaron y completaron la decoración de la Casa.

El nombre de la Casa de Pilatos se debe a que Fadrique Enríquez de Ribera realizó un viaje de peregrinación a la ciudad santa de Jerusalén, en 1519, en el que atravesó toda Italia, y en el que quedó profundamente impresionado del arte renacentista que imperaba en las ciudades italianas. A su regreso trasladó esas maneras renacentistas que había observado a la Casa de Pilatos, combinando el estilo renacentista italiano con el mudéjar sevillano, en las ampliaciones que realizó del palacio, en las que ocupó varios solares anexos al mismo

En su estancia descubrió que la distancia que había entre la casa de Poncio Pilatos y el Gólgota era la misma que había entre su palacio y la Cruz del Campo. A su vuelta, se trazó un Via Crucis con 12 estaciones entre el palacio y el templete.

El día 6 de noviembre de 1539 fallece en Sevilla Fadrique Enríquez de Ribera, I marqués de Tarifa, hijo de Pedro Enríquez Quiñones que inició el ducado de Alcalá de los Gazules.

De la familia Ribera Enríquez destacaron, su madre Catalina de Ribera, fallecida el 13 de enero de 1505, impulsora del Hospital de las Cinco LLagas, y las residencias nobiliarias de la Casa de Pilatos y el Palacio de las Dueñas. Fueron también promotores del Monasterio de la Cartuja, donde están sus tumbas.

El nieto de Pedro Enríquez de Quiñones, Per Afán de Ribera, conquistador de Andalucía y Granada, fue Adelantado Mayor de Andalucía, heredó una gran fortuna, la cual invirtió en su pasión: la escultura clásica, fue un gran coleccionista de arte que acopió durante su estancia como virrey de Nápoles. Realizó importantes reformas entre 1568 y 1571 para acoger su vasta colección de arte. A él le debemos piezas como la Palas Atenea del patio principal, la Diana cazadora o el busto de Marco Aurelio.

Son realmente admirables algunas estancias como la galería baja, con los 24 bustos de emperadores romanos y españoles o los jardines interiores.

Es el palacio sevillano privado más grande y se considera el mejor edificio nobiliario andaluz, siendo un gran ejemplo de la arquitectura sevillana del s. XVI.

En 1635 Antonio Juan de la Cerda y Toledo y Ana Fca. Enríquez de Ribera Portocarrero, VII duque de Medinaceli, mandaron construir una especie de pasadizo en altura que unía el palacio con la vecina Iglesia de San Esteban. De este modo, podían asistir a las celebraciones religiosas sin tener que salir a la calle. Además dentro de la misma estaban en una altura superior, para no mezclarse con el pueblo.

Esta casa se uniría al ducado de Medinaceli finales del s. XVII.

Tras su relativo abandono durante el s. XVIII, se restauró a partir de finales del s. XIX.

En 1966 tuvo lugar aquí un baile benéfico al que asistieron miembros de la nobleza. Cada familia asistente pagó 5.000 pesetas, destinadas a la Cruz Roja. Las que presidieron la gala fueron Grace Kelly y Jacqueline Kennedy.

En homenaje la ciudad ha dedicado un paseo y unos jardines con su nombre, junto al Alcázar y el barrio de Santa Cruz, donde podemos ver un monumento con su retrato en azulejo.


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