viernes, 31 de octubre de 2025

CASA DE LOS MARQUESES DE LA ALGABA

 

Casa de los marqueses de la Algaba Plaza Calderón de la Barca, a la espalda del Mercado de Abastos perteneciente a la calle Ferias número 1,

El edificio se construyó en 1474 por orden de Juan de Guzmán y Torres, I señor de la Algaba, que desempeñaba cargos importantes en el gobierno de la ciudad. Este vivía en la localidad de La Algaba y para evitar desplazamientos mandó construir el palacio.

En 1475 fue heredado por su hermana, Beatriz de Guzmán, que adquirió una casa aneja al palacio.

En 1482 esta casa aneja fue heredada por Beatriz de Valenzuela y el palacio pasó a Luis de Guzmán, II, señor de la Algaba. En 1484, ya casado en segundas nupcias con Leonor de Figueroa, fundó dicho mayorazgo. Luis de Guzmán compró la casa aneja a Beatriz de Valenzuela en 1491.

Rodrigo de Guzmán heredó el palacio en 1495. En su matrimonio con Leonor de Acuña, hija del conde de Buendía, señor de Dueñas y adelantado de Cazorla, que tuvo lugar antes de 1516, incrementó su patrimonio familiar con la dote que la propia reina Isabel había legado a esta y con otras propiedades que él mismo adquirió. En los siguientes años, Rodrigo fue adquiriendo una serie de casas anejas que fue añadiendo al palacio. Junto a este inmueble había una casa que había pertenecido a Gonzalo de Cervantes y que había sido heredada en 1474 por su hija, Leonor de Pineda, casada con Diego Mejía. Rodrigo de Guzmán adquirió esta casa aneja en 1508. Entre 1508 y 1516 adquirió otras dos casas anejas, pertenecientes a Alonso Pérez Melgarejo. En 1516 adquirió una casa a Juan de Cervantes por 115000 maravedís, otra propiedad del Monasterio de la Trinidad por 12000 maravedís y otra de la Cofradía y Hospital de Nuestra Señora de la Concepción por 7000 maravedís. En 1522 compró otras casas a Juana Bernal por 40000 maravedís. En 1523 compró a Antonia de Vejer unas casas por 10000 maravedís. En 1526 adquirió las casas de Juan de Alfaro por 15500 maravedís. En 1511 Rodrigo de Guzmán recibió autorización de la Corona para incorporar nuevos bienes adquiridos a su mayorazgo en favor de su hijo Luis de Guzmán y Acuña, lo que hizo en 1526. Ese mismo año fundó otro mayorazgo para su segundo hijo, Pedro de Guzmán.

En 1527 el palacio fue heredado por Luis de Guzmán y Acuña, esposo de Leonor Manrique Fajardo.

Más tarde, Felipe II otorgó el marquesado de la Algaba a Francisco de Guzmán y Manrique, que amplió el palacio y lo dotó de jardines. De esta primera etapa tan solo se conserva la actual torre portada.

En 1637 la viuda del marqués, Juana Fernández de Córdoba, donó al Convento de San Francisco de La Algaba las 442 obras literarias que había en la biblioteca del palacio.

Luis Francisco Ramírez de Guzmán y Fernández de Córdoba, IV marqués de La Algaba, trasladó su residencia habitual a La Algaba y, en 1643, arrendó el palacio por cuatro años.

Gracias a un grabado de Richard Ford podemos saber que el palacio y la iglesia Omnium Sanctorum estaban comunicados por una galería.

A principios del s. xvii hubo un pasaje elevado entre el palacio y la cercana Iglesia de Omnium Sanctorum. Los marqueses tenían en la iglesia parroquial una tribuna, para asistir a misa en un lugar preferencial, los marqueses eran patronos de la Capilla Mayor del Templo.

Tras la invasión napoleónica y las desamortizaciones el palacio se deterioró y Eugenio Eulalio realizó un contrato de compraventa del palacio en 1822 por 85000 reales, puestos por Sebastián Duarte y Sartorio. El pago no se completó por un conflicto burocrático. (En 1850 se solucionó el problema del censo y Sebastián Duarte y Sartorio pagó la parte que faltaba).

En 1840 se derribó el arquillo que unía la casa con la Iglesia de Omnium Sanctorum.

En 1841 Sebastián Duarte ya había arrendado la parte del jardín y sus edificaciones.

En 1843 un terreno del palacio en la calle Amargura pasó a Manuel Amores y Parra.

En 1844 vendió a Manuel Amores y Parra un terreno junto a este, que da a la calle San Basilio. Se realizaron nuevas construcciones en estos lugares. Cuando se inauguró el Mercado de Feria se transformó una parte en casa de vecinos y otra en el teatro Hércules, otras zonas sirvieron de apartamentos, locales comerciales y almacenes.

En la década de 1850 el edificio fue propiedad de Agustín de Pruna. En la década de 1860 estaba bajo el usufructo de su viuda.

En la década de 1940 en la zona de los jardines, que dan a la calle Arrayán, hubo un cine de verano, el Cine Arrayán, que permaneció hasta los años 60 del s. XX.

En la década de 1970 se realizaron edificios de viviendas en la zona de los jardines.

En mayo de 1990 fue comprado por el Ayuntamiento de Sevilla.

Desde el año 2013, el palacio alberga el Centro de Arte Mudéjar de Sevilla, donde se exponen exponen 111 piezas, de las cuales 20 proceden de la colección arqueológica municipal en depósito desde 1940 en los almacenes del Museo Arqueológico de Sevilla y entre las que sobresalen tinajas mudéjares, sellos y utensilios domésticos de la misma época de especial valor.


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