miércoles, 15 de abril de 2009

Hişn al-Mudawwar/Castillo Almodóvar


Ḥişn al-Mudawwar/Castillo Almodóvar.
Introducción
El Ḥişn/Castillo de Almodóvar del Río se encuentra a 22 km. al SO. de Qūrţuba, en el camino medieval hacia Išbylīya/Sevilla. En el siglo VIII se llamaba Ḥişn al-Mudawwar, que quiere decir “el redondo”, por la forma redonda del cerro en el que se construyó. En el siglo XI se le da un nombre más amplio y de mayor significado: Ḥişn al-Mudawwar al-Adna, es decir se le añade al-Adna, que significa: “el más cercano” a Qūrţuba, para diferenciarlo del de Peñaflor que también se llamaba al-Mudawwar. Por tanto, el nombre de "Almodóvar" es una castellanización del primitivo nombre árabe, al que se añadió el apelativo “del Río”, por su cercanía con Wādī-l-kabīr/Guadalquivir. El cerro del Ḥişn/Castillo tiene una altura de 252 metros, lo que le permite un perfecto dominio de los alrededores, como puede comprobarse desde lo alto de la Burŷ/Torre del Homenaje y la superficie total que ocupa la fortaleza son 5.628 m2.
La principal razón para elegir el lugar donde construir un Ḥişn /Castillo, es que sea estratégicamente favorable en caso de guerra. En Ḥişn al-Mudawwar/Almodóvar, las ventajas que le ofrece su situación son múltiples: la altura de la montaña en la que se construyó lo hace prácticamente invencible, de hecho, nunca se conquistó por asedio. Domina estratégicamente el espacio entre la campiña y el inicio de la sierra. Controlaba el acceso a una zona económicamente tan importante como la campiña por las zonas de Guadalcázar, Fuente Palmera, Fuencubierta y Peñalosa. Vigilaba el lugar de paso más importante y estratégico entre Qastāla/Castilla y Andalucía Occidental. Su cercanía al río le permitía el control del tráfico fluvial en una época en la que el río era navegable hasta Qūrţuba. Protegía el camino entre Qūrţuba y Išbylīya. Vigilaba el acceso a Qūrţuba desde el sur, lo que garantizaba la seguridad de la ciudad. Formaba parte del cinturón de fortalezas que rodeaban y protegían Qūrţuba. Su proximidad al Wādī-l-kabīr/Guadalquivir le permitía el abastecimiento de agua para llenar los aljibes en épocas de sequía, tan frecuentes en la región y le permitía durante la guerra, disponer de una vía de escape a través de barcas.
Era muy importante la comunicación visual con otros Ḥişn /Castillos a través de señales. En Ḥişn al-Mudawwar/Castillo Almodóvar, esta comunicación era excepcional. Pueden verse desde aquí las siguientes fortificaciones: la Burŷ/Torre de la Casilla del Aire, el Ḥişn /Castillo Albaida, Torreárboles, el Ḥişn /Castillo del Vacar, el Kant-Hisn/Alcolea, el Ḥişn /Castillo Hornachuelos, el Ḥişn /Castillo Palma del Río y el Ḥişn /Castillo Moratalla. También tenía esta ventaja con los centros de poder político en época musulmana: las ciudades-palacio de Madīnat az-Zahrā’, Madīnat al-Zāhira, y las grandes almunias fortificadas de al-´Amiriya y al-Ruzafa.
Como podemos observar, las ventajas de todo tipo que tenía Ḥişn al-Mudawwar, eran difícilmente superables por ninguna otra fortaleza de Andalucía, y las grandes ventajas que ofrecía este emplazamiento, fueron aprovechadas también por pueblos prehistóricos y prerromanos que, antes que los musulmanes, construyeron fortalezas donde hoy se haya el Ḥişn/Castillo medieval.
Patio de armas.
Enteramente rodeado de murallas y Burŷ/Torres, era un lugar inexpugnable. Durante la Edad Media, el patio de armas estaba lleno de construcciones de madera que servían de alojamiento a la tropa y a la población que, en tiempo de guerra, se refugiaba entre sus muros. Detrás de la capilla, en el suelo, pueden verse aún los restos de estas construcciones. Es la zona que más transformaciones externas ha sufrido.
La Burŷ/Torre del Homenaje
Sin duda, las Burŷ/Torres son los elementos más característicos de un Ḥişn/Castillo. En Ḥişn al-Mudawwar hay nueve. Por orden desde la Burŷ/Torre del Homenaje son: Burŷ/Torre Pequeña, Torreón del Moro, Cuadrada, Redonda, Escuela, Escucha, de las Campanas o de la Miga y Ceniza.
Es una imponente Burŷ/Torre albarrana cuya altura es de 33 metros, con planta casi cuadrada de 11´70 x 11´30. Construida durante el siglo XIV, es la más grande de la provincia de Qūrţuba tras la del Ḥişn Gāfiq/Castillo Belalcázar. Tiene tres cuerpos, el inferior es la mazmorra, el intermedio una sala octogonal de poca luz, y el superior, es de planta cuadrada en vez de octogonal como los dos inferiores y es el principal tanto por dimensiones como por el cuidado de su construcción y por las pinturas mudéjares de algunas de sus paredes. Esta cámara debió presentar un aspecto magnífico y suntuoso que hoy sólo podemos imaginar ante sus paredes desnudas. Esta es la sala donde se realizaba el pleito homenaje —que de aquí le viene el nombre a este tipo de to Burŷ/Torre— consistente en que es el lugar en el que el Alcayde del Ḥişn/Castillo presta pleito homenaje a su señor, ritual que tenía lugar en la estancia más importante del Ḥişn/Castillo
También en este lugar se halla uno de los elementos más interesantes desde el punto de vista artístico: las ocho ménsulas de decoración vegetal esquemática en que recaen los nervios de la bóveda. Su cubierta de bóveda octogonal sobre pechinas de herradura y los cascos separados por nervios, están trabajadas en piedra molinaza de Montoro con curiosísimas labores lobuladas.
El tercer elemento que otorga distinción a esta Burŷ/Torre es el escudo de Qastāla/Castilla y Liyūn/León labrado sobre la puerta de entrada. Sus cuarteles son de Ḥişn/Castillos con tres Burŷ/Torres y leones rampantes. Los flancos que lo rodean se llenan con fajas mudéjares de tallos estilizados donde dos leones hacen de base.
Burŷ/Torre Pequeña
Esta Burŷ/Torre, también del siglo XIV, flanqueaba la entrada del Ḥişn/Castillo protegiéndola e impidiendo la entrada a posibles enemigos pues, desde la parte superior, se fiscaliza y controla el acceso a la fortaleza. La inmensa puerta es de bronce, recubriendo grandes tablones de madera. El escudo que hay sobre el arco es de principios del siglo XX.
Torreón del Moro.
Este torreón, además de cumplir las funciones propias de una Burŷ/Torre, debió cumplir también una segunda función diferente como es la de vigilancia de la zona intermedia del recinto, pues se encuentra en su interior un habitáculo para el centinela. El nombre le viene de que los huecos exteriores tienen forma de arco de herradura, tan asimilado a todo lo morisco en al-Āndalus, por eso se llama Torreón del Moro.
Burŷ/Torre Cuadrada
Esta Burŷ/Torres, junto con la del Homenaje, es una de las dos que conservan pinturas de la Edad Media, de estilo mudéjar. La planta superior tiene bóveda octopartita, de sillarejo y sostenida sobre trompas. Se emplea bóveda octopartita porque su planta es irregular en número de lados y longitud de los mismos, por lo que la solución técnica de cubrición empleada era la correcta.
Burŷ/Torre Redonda
De esta Burŷ/Torre hemos de destacar varias características. La primera, que su cuerpo es cilíndrico mientras que todas las demás tienen cuerpo prismático; la segunda, que su base es cuadrada y, por tanto, es una Burŷ/Torre con dos perfiles: uno inferior cuadrado y otro superior circular; la tercera, que su planta es de arco de herradura; y la cuarta, que su fábrica no es exclusivamente de sillares, sino que estos estaban encintados con ladrillos. Todos estos detalles hacen que sea la Burŷ/Torre más singular del Ḥişn/Castillo.
Burŷ/Torre Escuela
Es la segunda más grande después de la del homenaje. Vigila por el NO el amplio espacio de la campiña y las estribaciones de la Sierra de Qūrţuba. Su altura es de 27 m. y la planta es casi un cuadrado de 11 x 11, 50 m. Consta de dos cámaras. Posee los más amplios ventanales de todo el Ḥişn/Castillo, producto de la restauración de principios de siglo y que hacen de ella la más luminosa de todas las Burŷ/Torres de la fortaleza. Las ventanas, portones, cierres, pestillos, clavos y herrajes de la cámara superior, fueron mandados hacer en estilo neomudéjar durante la restauración. Todo fundido en bronce y siguiendo las líneas de lacería tan propias de este estilo.
Resulta curioso el motivo por el que esta Burŷ/Torre se llama “de la Escuela”. En 1513 el Ḥişn/Castillo se entrega al Maestre de la Orden de Qa´lat Ra-bah/Calatrava. Por su parecido fonético, los habitantes del pueblo cambian la palabra “Maestre” por “maestro”, y por su relación de significados se pasa de “maestro” al de “escuela”, siendo este último el que actualmente se aplica a la Burŷ/Torre.
Burŷ/Torre Escucha
La Burŷ/Torre Escucha es la más pequeña del recinto, está orientada al oeste y flanqueada por las Burŷ/Torres Escuela y de las Campanas. De su importante papel en la vigilancia nocturna, avisando la existencia de ruidos sospechosos da cuenta el nombre dado por la tradición popular: Burŷ/Torre de la Escucha. Era la Burŷ/Torre destinada, por su ubicación, a la vigilancia del campo noroeste inmediato a la plaza. Maciza en todo su interior. Se construyó en el período al-muwaḥḥád/almohade, en el siglo XII. Fue una de las que menos trabajo necesitó para su total restauración.
Burŷ/Torre de las Campanas o de la Miga.
Se encuentra en el extremo oeste del patio de armas, flanqueado por la Burŷ/Torre Escucha y la de la Ceniza. Igual que la del Homenaje, tiene un balcón abierto al sur con tracería calada neo-gótica. Tiene las bóvedas de las escaleras de aristas y anillos yuxtapuestos, los amplios paramentos originales que aún se conservan son en todo iguales a las partes de la fortaleza construidas en el siglo XIV.
Burŷ/Torre de la Ceniza.
Sus cimientos se encontraron bajo los escombros de las ruinas. Como se encontró el primer día de Cuaresma de 1902, se le puso el nombre de “Burŷ/Torre de la Ceniza”, en recuerdo de este tiempo litúrgico. Su objeto era la defensa en el flanco SO. Esta fue la Burŷ/Torre más arruinada de todo el conjunto. El paso bajo de la Burŷ/Torre, cuyos muros se hallaban ya construidos, se cubrieron con bóveda de cañón seguido, en arco escarzano, excepto los frentes que quedaron de medio punto. Puesto que sus restos se habían encontrado entre las ruinas y no se sabía la medida que originalmente tuvo, no se le dio la misma altura que a las demás sino que se la dejó rasante con el paso de ronda, por eso su existencia ha pasado siempre desapercibida.
Al-gubb/aljibes.
Almacenar agua fue uno de los problemas más importantes que hubo que tener en cuenta en la construcción del Ḥişn/Castillo, ya que su carencia en momentos de asedio hubiera obligado a la rendición en un tiempo mínimo. Para solucionar este abastecimiento de agua se hicieron dos Al-gubb/aljibes, uno situado en la plaza de armas llamado Al-gubb/aljibe bajo, y otro situado a mayor altura frente al Revolcadero, llamado Al-gubb/aljibe alto. Los dos tienen respiraderos para evitar que se pudra el agua y al ser subterráneos, esta se mantiene a temperatura constante. El Al-gubb/aljibe alto tiene capacidad para 112.800 litros de agua y el Al-gubb/aljibe bajo para 177.000. En total la fortaleza disponía de 290.000 litros de agua en casos de asedio.
Las murallas
En algunos lugares hay una línea defensiva de murallas, en otros dos, y en otros, hasta tres murallas, haciendo impenetrable el paso al interior. No todas son de la misma época y materiales. La suma de todas las murallas del Ḥişn/Castillo dan un total de más de medio kilómetro de longitud. Forman un recinto poligonal muy irregular, adaptándose perfectamente al terreno en el que se asientan. La altura de estos lienzos es variable, siendo los mayores de más de 14 m.
El antemuro de Ḥişn al-Mudawwar es un cinturón de murallas que envuelve el recinto principal. Se construyó en dos etapas. En la primera se edificó el flanco noroeste, desde la Burŷ/Torre de la Miga a la Burŷ/Torre Cuadrada. En esta primera etapa de construcción tanto los materiales como su acabado son mejores que los de la segunda etapa constructiva que abarcó toda la parte norte de la fortaleza. Probablemente la razón de estar construido en dos fases se deba, a que al ser una construcción grande y costosa, las obras se pararon por falta de dinero.
Los sillares fueron colocados a soga y tizón para que se unieran bien, pero el paso de los siglos hizo que esta parte fuera una de las más derruidas de la fortaleza. Está coronado por un antepecho de 1.50 de altura por 0.55 de grosor y un almenaje de idénticas medidas a las del resto del conjunto, coronadas con albardilla simple a cuatro aguas, algunas macizas y otras perforadas con saeteras.
Pasadizos y subterráneos.
Llegamos al momento de abordar uno de los temas más sugestivos para la imaginación popular: las construcciones subterráneas, origen de multitud de leyendas medievales y uno de los elementos menos estudiados de nuestros Ḥişn/Castillos. El Ḥişn al-Mudawwar tiene un elevado número de construcciones de este tipo, pues en su subsuelo hay varias galerías abovedadas, poternas, pasadizos, aljibes, mazmorra y salidas de emergencia, además de la tajea de aislamiento que rodea la casa neogótica y la galería de su Al-gubb/aljibe mayor. El tema suena a novela romántica, a fantasía popular. En el caso de Ḥişn al-Mudawwar, hay hechos que explican el surgir de estas leyendas: que el rey Pedro guardaba aquí sus tesoros y, es muy probable que cuando Enrique III se alojó en Ḥişn al-Mudawwar lo hiciera, entre otros motivos, con la secreta intención de buscar entre sus cámaras el lugar donde se ocultaban y finalmente, la inatacable y segura mazmorra que en 1904 todavía conservaba las cadenas y argollas originales que servían para bajar a los presos en la Edad Media.
Salida de emergencia en el extremo del antemuro
Hay una salida de emergencia para casos de asedio, llamada poterna, que se encuentra en uno de los puntos extremos del antemuro que rodea la Burŷ/Torre de las Campanas, en un lugar oculto por los muros de su entorno, donde pasa desapercibida. Su función era recibir ayuda exterior en caso de asedio o escapar cuando el enemigo hubiera conquistado en el Ḥişn/Castillo
Pasadizo entre Burŷ/Torres Cuadrada y Redonda.
Otro pasadizo se encuentra entre las Burŷ/Torres Cuadrada y Redonda. Servía para pasar desde el patio de armas a la liza sin tener que rodear todas las murallas. Es una gran sala subterránea y abovedada que salía desde el interior de la planta baja de la Burŷ/Torre Redonda a y que actualmente tiene la entrada situada en otro lugar. A través de este pasadizo se comunicaban muy rápidamente dos lugares que, dentro del Ḥişn/Castillo están muy alejados entre sí.
Pasadizo tras la casa neogótica
Este pasadizo se encuentra en la muralla que mira a la campiña tras la casa neogótica. En el paso de ronda correspondiente se puede encontrar una abertura de 45 x 45 cm, actualmente cubierta con una tapa de hierro. Esta abertura es el inicio de un pozo de descenso de 7,50 m de profundidad al final del cual se encuentra una galería de muy fuerte inclinación que lleva a la ladera que da al Wādī-l-kabīr/Guadalquivir, que servía en casos de peligro como vía de escape.
Galería en la muralla sur
Esta galería tiene la particularidad, muy excepcional en los Ḥişn /Castillos de Europa, de ir más de veinte metros por dentro de la muralla, de manera que esta se encuentra hueca en gran parte, pues contiene por dentro esta larga galería abovedada. Así se hacía posible el paso por el interior de los muros sin posibilidad de que ser descubiertos y con ayuda de cuerdas se podía recibir socorro a través de la única puerta que da al exterior del Ḥişn/Castillo y que se encuentra a más de 8 metros de altura.
Subterráneos entre el segundo y el tercer recinto
Estos subterráneos, de época musulmana, tienen una enorme altura y se encuentran totalmente bajo tierra. Las techumbres son abovedadas. Permitían la salida desde el interior del Ḥişn/Castillo a la zona de acceso, pasando por debajo de una de las murallas.
La mazmorra.
La mazmorra de Ḥişn al-Mudawwar es una segurísima cámara que se encuentra en la parte inferior de la Burŷ/Torre del Homenaje. No debe pasar inadvertido que, como la Burŷ/Torre del Homenaje está separada del resto de la fortificación, hubiera sido la última en caer en manos del enemigo, y por eso, porque este era el lugar más seguro del Ḥişn/Castillo, aquí se construyó la mazmorra. Tiene una única entrada que no es una puerta sino un orificio circular en el techo, a 7´50 m. de altura que hacen imposible la huida si no se dispone de ayuda exterior. Sus muros tienen un grosor que varía entre 2´40 y 3´50 m. lo que impide realizar una abertura para escapar. Evidentemente su comodidad era nula para quienes tenían la desgracia de estar ahí.
Añadimos dos pruebas de su magnífica construcción. En primer lugar, siendo la mazmorra el piso inferior de los tres que tiene la Burŷ/Torre del homenaje, ha sido capaz de resistir el peso de los pisos superiores durante más de 600 años. En segundo lugar, cuando en la Guerra Civil de 1936 le dispararon un cañonazo en la cara norte, el muro medieval aguantó tan bien que además de provocar el asombro del artillero del siglo XX, no hizo más que producir una marca en la pared norte que todavía puede verse cuando se ingresa en el Ḥişn /Castillo
Historia del Ḥişn/Castillo
Durante el periodo musulmán (siglos VIII-XIII)
Desde el principio de la dominación musulmana en el siglo VIII, las árabes consideran el Ḥişn/Castillo como un fuerte invencible como demuestran las noticias que los historiadores medievales musulmanes nos han dejado. En el año 123/741 el Bi-l-jilāfa/califa de Dimasq nombra ´Amir a ´Abd al-Malik ibn Qaţan al-Fihri que quedará convertido en el primer señor de Ḥişn al-Mudawwar. En 141/759 el Ḥişn/Castillo sirvió de refugio al último del emirato dependiente en Qūrţuba: Yūsuf ibn ´Abd al-Raḥmān al-Fihri que fue derrotado por ´Abd al-Raḥmān ibn Mu´awiya ibn Ḥišhām ibn ´Abd al-Dajjil (´Abd al-Raḥmān I)
El historiador árabe al-Maqqari recoge una antigua leyenda musulmana según la cual el antiguo al-Qaşr/Alcazar de Qūrţuba fue mandado construir por uno de los antiguos emires que vivió en el Ḥişn al-Mudawwar. Aunque esta afirmación no sea cierta, prueba la gran importancia que los musulmanes concedieron al Ḥişn/Castillo.
Algo más tarde, en 152/770 consta que cerca de Ḥişn al-Mudawwar tuvo lugar la Batalla de Munbassar (wādī Qays/río Bembézar). Aquí se enfrentó `Abd al-Raḥmān ibn Mu´awiya ibn Ḥišhām ibn ´Abd al-Dajjil (´Abd al-Raḥmān I) y su primo ´Abd al-Malik, contra la rebelión dirigida por ´Abd-l-Gaffir al-Yamaní que habiendo partido de Išbylīya, pretendía apoderarse de Qūrţuba. El rebelde fue vencido y ´Abd al-Raḥmān ibn Mu´awiya ibn Ḥišhām ibn ´Abd al-Dajjil (´Abd al-Raḥmān I) fue informado de ello estando en Ḥişn al-Mudawwar, donde le llevaron las cabezas cortadas de numerosos rebeldes. Será durante el Bi-l-jilāfa/califato cuando ´Abd al-Raḥmān al-Nāsir ibn ´Abd Allāh (´Abd al-Raḥmān III), en el siglo X realice una de las ampliaciones de la fortaleza, aprovechando la ocasión para fortalecerla aún más.
Durante el Bi-l-jilāfa/califato qurtubes, el Ḥişn/Castillo era posesión de Qūrţuba y pertenecía a sus Bi-l-jilāfa/califas. Esta pertenencia cambiará con los regímenes políticos hispanomusulmanes. A partir del siglo XI, Ḥişn al-Mudawwar será un punto importante en las numerosas guerras internas que los musulmanes tenían entre sí. Al final de los Mulūk Attawā´if/Reinos de Ta´ifas, en 483/1091 y tras ocupar la propia Qūrţuba, ocupa Ḥişn al-Mudawwar el ejército de Yūsuf ibn Tāsufīn. Pocos meses más tarde, en septiembre del mismo año, Ḥişn/Castillo al-Mudawwar será nuevamente testigo de un cambio de régimen político musulmán: el fin de los Mulūk Attawā´if/Reinos de Ta´ifas y el inicio del imperio al-morabitum/almorávide. Durante esta difícil época del siglo XI, el Ḥişn/Castillo pertenecerá a diversos reyes. En primer lugar pasará a depender del reino de Qarmūna/Carmona, donde los Banū Birzal se habían erigido en reyes. Después será parte de los dominios del rey de Ţulaytūla Ibn Dinnun, que lo utilizó como residencia y, más tarde, fue propiedad de los reyes sevillanos, siendo el último que lo poseyó el rey poeta Mwḥāmmad ´Abd Allāh ibn ´Abbād al-Mu´támid de Išbylīya que lo tuvo hasta 482/1090. En los siglos XI y XII, con el advenimiento de al-morabitum/almorávides y al-muwaḥḥád/almohade, el Ḥişn/Castillo pasará de nuevo a depender de Qūrţuba, recuperando la estabilidad. Como se ve, su importancia era de tal índole que durante los primeros siglos de ocupación musulmana sus propietarios eran casi siempre reyes. Primero durante el Bi-l-jilāfa/califato, y después durante los imperios al-morabitum almorávide y al-muwaḥḥád/almohade, Ḥişn al-Mudawwar pertenecerá siempre a Qūrţuba. Es decir, que cada vez que hay un poder central fuerte, la fortaleza depende de este poder, lo que demuestra que el Ḥişn/Castillo, tanto por su ubicación como por sus imponentes elementos defensivos, era un elemento de primer orden en el juego político y en la táctica militar, a la vez que un punto altamente estratégico.
En este sentido no podemos olvidar que el cinturón defensivo de la capital estaba formado por Ḥişn/Castillos bien pertrechados y localizados estratégicamente. Se encontraban a poca distancia de la urbe, rodeándola y protegiéndola, y el Ḥişn al-Mudawwar era uno de los principales y, con seguridad, el más fuerte, pues si los Ḥişn/Castillos del Vacar y de Kant-Hisn/Alcolea estaban estratégicamente ubicados, sus elementos y su construcción eran considerablemente inferiores y tampoco en su ubicación prevalecen sobre el de Ḥişn al-Mudawwar. La potencia y firmeza del Ḥişn al-Mudawwar era superior al del resto de Ḥişn/Castillos de la provincia y uno de los más fuertes del sur peninsular.
La consideración del Ḥişn/Castillo ya era importante en los siglos XI y XII cuando algunos geógrafos musulmanes lo toman como indicación de sus descripciones. Así, del siglo XI se conservan algunas noticias en los escritos de al-Udri diciendo que de Qūrţuba hasta Ḥişn al-Mudawwar había un día de camino. El Ḥişn/Castillo fue etapa obligada de camino en los itinerarios musulmanes. También lo vemos en los estudios de geografía que en el siglo XII realiza el ceutí Idrīsi, tomándolo como una parada importante en los caminos medievales.
Próximos a la fecha de la conquista de Qūrţuba, alrededor de la fiesta de Pentecostés del año 622/1226, Ḥişn al-Mudawwar será escenario de la lucha que una vez más mantendrán los musulmanes entre sí. En este estado de cosas, un noble de Bayāsa/Baeza llamado al-Bazyyasī se hizo coronar rey, engrandeció el Ḥişn al-Mudawwar, se sublevó contra la autoridad de al-muwaḥḥád/almohade y firmó una alianza con el rey al-afray/castellano. Los al-muwaḥḥád/almohades de Qūrţuba, habiendo descubierto que hizo alianza con el rey de Qastāla/Castilla, lo persiguieron y fue derrotado. Tras la derrota volvió a Qūrţuba para refugiarse y al encontrar cerrada la ciudad, se dirigió al Ḥişn al-Mudawwar que siempre le había permanecido fiel, pero su propio wazīr/ministro وزير, para congraciarse con el rey musulmán de Išbylīya le cortó la cabeza junto al Ḥişn/Castillo. Cuando la llevó a su enemigo el rey de Išbylīya y se la mostraron, la golpeó con una vara que tenía en la mano insultándole de manera injuriosa. Cierto familiar del muerto corrigió al rey sevillano que lo mató con la espada allí mismo. Como consecuencia se siguió una gran matanza entre un bando y otro.
Tras la conquista cristiana
Una fecha importante para el Ḥişn/Castillo fue su conquista por Fernando III, rey de Qastāla/Castilla en 637/1240, cuatro años después de la toma de Qūrţuba. A juzgar por lo que nos dicen las crónicas, el Ḥişn/Castillo debía de encontrarse en un estado ruinoso en aquel momento, debido a los ataques de los ejércitos de Qastāla/Castilla. Una vez que pasa a poder de los al-afray/castellanos, una parte de su población abandona la villa y sólo pudieron volver, como vasallos del rey de Qastāla/Castilla, Fernando III, cuando aceptaron pagar impuestos.
Ante la necesidad de consolidar los Ḥişn/Castillos que se van conquistando para volver a hacerlos operativos, en el siglo XIV Ḥişn al-Mudawwar sufre la mayor de sus reformas. Se reparan los lugares dañados, se amplía su perímetro, se fortalece su cerca y se construyen varias de sus Burŷ/Torres. Llegamos así a uno de los momentos más significativos de la historia del Ḥişn al-Mudawwar, aquel en el que, ya conquistado definitivamente, el rey lo entrega a la ciudad de Qūrţuba, como lo prueba el documento de donación que se encuentra en el Archivo Municipal de la ciudad. Se reservaba a la fortaleza el privilegio de poder resolver los pleitos de su término, no teniendo que ir hasta Qūrţuba para ello.
La conquista cristiana del Ḥişn al-Mudawwar no aseguraba que no volviera a ser atacado por tropas musulmanas, pues en 673/1275, tenemos información de que un partidario del sultán de Garnāţa al mando de 5.000 jinetes ataca el Ḥişn al-Mudawwar y entra a espada en otras fortalezas. Exponemos una noticia de la época: No pasaron junto a un árbol que no talasen, ni por aldea que no arrasasen, ni por rebaño que no robasen, ni por mieses que no incendiasen... mataron a los hombres que encontraron, cautivaron a los niños y mujeres, y continuaron su marcha hasta el Ḥişn al-Mudawwar, matando, robando y quemando los sembrados, destruyendo al-Qarya/alquerías y propiedades hasta asolar todos los alrededores de Qūrţuba...”. A pesar de esta devastación, Ḥişn al-Mudawwar no llegó a ser ocupado.
Dos reyes al-afray/castellanos lo eligieron como residencia en algunas de las temporadas que pasaron en Andalucía. Nos referimos a Pedro I y Enrique II. Durante el reinado de Pedro I (750/1350-770/1369), el rey guarda allí su tesoro, formado enteramente por monedas de plata y oro. En 767/1366 decide su traslado desde el Ḥişn/Castillo hasta Išbylīya a través del Wādī-l-kabīr/Guadalquivir. Curiosamente la tradición popular guardaba memoria histórica de este hecho y como consecuencia, durante las obras de restauración de principios de siglo, todo el Ḥişn /Castillo, pero especialmente el patio de armas, estaba lleno de excavaciones realizadas por los buscadores de tesoros. Incluso es probable que Enrique II ocupara el Ḥişn al-Mudawwar como residencia durante sus estancias en Andalucía, para buscar entre sus cámaras el lugar en que su hermanastro Pedro guardaba su tesoro. Pedro I lo somete a una nueva destrucción, pues el rey, tras la derrota sufrida en el Campo de la Verdad en Qūrţuba, antes de salir hacia Išbylīya encarga al Alcayde que "devastase la fortaleza cuanto pudiera".
Tanto el rey Pedro como Enrique II utilizaron el Ḥişn/Castillo como cárcel real para presos de importancia. Pedro tuvo encerrada aquí a doña Juana de Lara en 760/1359, mujer del infante Tello y señora de Vizcaya. Algún tiempo después, en Išbylīya el rey ordenó a un macero que la matase y este, la aplastó la cabeza con una maza. Enrique III mandó encerrar a Fadrique, tío suyo y duque de Benavente, que murió aquí. En 834/1431 sirvió de prisión para Egas Venegas, sexto señor de Lukk/Luque, con su mujer y sus hijos acusados de traición.
Juan II en 858/1454 prohibió cazar y pescar en las tierras del Ḥişn/Castillo, pues cazar y pescar en sus términos era un privilegio reservado a los qurtubeses, pues no hay que olvidar que a Qūrţuba pertenecía el Ḥişn/Castillo. La caza y pesca que se incautara a los ilegales, era para los soldados y el Alcayde que guardaban la fortaleza. Más adelante, para que esta orden se cumpla siempre, se endurece la prohibición, pues antes lo que se prohibía era cazar y pescar, y ahora ir, pasar, cazar y pescar. Hay que tener en cuenta que en la Edad Media, las limpias aguas del Wādī-l-kabīr/Guadalquivir que corrían bajo el Ḥişn/Castillo —muy diferentes a las actuales— atraerían a los pescadores y que la existencia de amplios bosques en sus alrededores aportaban abundante cacería. En resumen, el entorno del Ḥişn/Castillo debía de ser muy diferente al que hoy contemplamos.
También ha tenido el Ḥişn al-Mudawwar momentos de peligro para su existencia, como el ocurrido por el tratado de 873/1469 que puso fin a las luchas nobiliarias entre el señor de Aguilar y el señor de Baena y Qabra. En caso de incumplimiento de tratado, se dejaba a Qūrţuba la decisión del derribo de los Ḥişn de al-Mudawwar y de Furnagwélu/Hornachuelos. En el siglo XVI al Ḥişn/Castillo se le sigue concediendo gran importancia, pues los reyes mandan a Qūrţuba en 918/1513 que lo entreguen como fianza a la Orden de Qa´lat Ra-bah/Calatrava hasta que paguen los 30.000 escudos que costó la villa de Fuente Obejuna, que Qūrţuba compró pero no pagó.
La venta del castillo
Las necesidades económicas de la monarquía de los siglos XVI y XVII son extraordinarias. La urgencia de dinero con que hacer frente a las necesidades del estado moderno obliga a la mayoría de los monarcas europeos a actuar de la misma manera: la venta de todo tipo de bienes públicos. En este estado de cosas no era fácil que Ḥişn al-Mudawwar con su fortaleza fuera eximida de semejante proceso aunque el cabildo logró que su venta se retrasara cuarenta años.
El primer intento de venta del Ḥişn/Castillo es en 995/1587, lo que provocó gran alarma en la ciudad hasta el punto de que el cabildo se vio obligado a reunirse para tratar del asunto e intentar remediarlo. Las gestiones dieron resultado, pues este primer intento de venta no se llevó a cabo. Más tarde, durante el reinado de Felipe IV, se realiza otro nuevo proyecto de venta del Ḥişn/Castillo pero no se llega a materializar la compra.
Por cierto que en el mismo documento se da cuenta de la facultad que el rey Felipe IV concede a los diputados para vender 17.500 vasallos de sus reinos con el propósito ya visto de obtener recursos para las arcas del estado. Lo que llama la atención, es que en el escrito referido se fija el precio al que se han de vender los vasallos: los habitantes que vivan al norte del Wādi Taŷu/Tajo valen 16.000 maravedíes, y los que habiten al sur del mismo río valen 15.000 maravedíes, es decir 1.000 maravedíes menos.
La segunda y definitiva enajenación tiene lugar por privilegio dado en Madrid en 1038/1629 por el que se vendió la villa y el Ḥişn /Castillo a Francisco del Corral y Guzmán. El precio por la jurisdicción y señorío de Ḥişn al-Mudawwar fue de 15.135.421 maravedíes y la alcaidía de la fortaleza 1.500.000. El término de Ḥişn al-Mudawwar junto con su Ḥişn/Castillo, comenzaría así a regirse por el régimen señorial de la familia Corral que, oriunda de Almorox en el reino de Navarra, vinieron a Qūrţuba en tiempos de los reyes Isabel I de Qastāla/Castilla y Liyūn/León y Fernando II, rey de Aragón y que había comenzado la formación de su patrimonio con un mayorazgo constituido en 950/1544. A pesar del deseo de compra y del litigio mantenido con la familia Góngora por el Ḥişn/Castillo y la villa, el precio parece muy alto por cuanto el comprador tuvo que tomar numerosos y costosos censos para hacer frente a la compra del señorío y alcaidía del Ḥişn/Castillo.
El precio fue pagado en su totalidad y en el plazo fijado, pues cuando el Domingo 21 Chawwāl 1159/6 de noviembre de 1746 la Junta de incorporación de oficios enajenados de la Corona pretende averiguar las posibilidades de que lo vendido a Francisco del Corral volviera a revertir a la corona, una Real Cédula de Fernando VI dada en San Lorenzo del Escorial manda a los vocales de dicha junta “que no se entiendan con los de la villa de Ḥişn al-Mudawwar, lo que prueba que la compra y todo lo que la rodeó se llevó con escrupulosa legalidad por parte de sus compradores. Comenzaba una nueva etapa para el Ḥişn al-Mudawwar.
La Restauración
Un Ḥişn/Castillo es una obra defensiva militar que, por definición, está sujeto a la obra destructora de la guerra. La guerra es la razón de su construcción y la causa natural de su ruina. Pero hay otras causas menos marciales que también han contribuido en la destrucción de Ḥişn /Castillos. A partir del siglo XV dejan de ser útiles para la guerra, porque las armas de artillería los hacen inseguros. Comienza entonces un lento pero inexorable proceso de destrucción que acabó con miles de Ḥişn/Castillos en toda Europa. Una de las causas del proceso de destrucción de los Ḥişn/Castillos, se produjo porque sus materiales eran extraídos de los muros y Burŷ/Torres para utilizarlos en las casas modernas de los pueblos vecinos y esto también ocurrió en Ḥişn al-Mudawwar
No resulta difícil imaginar el estado que presentaba el Ḥişn/Castillo, parecido a tantos otros que entonces como hoy se iban deteriorando paulatinamente. Por lo demás, el interés de su propietario lo salvó de la ruina absoluta financiando su costosa restauración.
El conde de Torralva encargó a Adolfo Fernández Casanova la restauración que salvó al Ḥişn/Castillo su definitiva ruina. Las canteras que abastecieron de materiales para la restauración del Ḥişn/Castillo fueron siete: Posadas, Lukk/Luque, Fuenreal, Monturque, Doña Mencía, Cobatillas y Puente Genil. Cada cantera abastecía de un tipo concreto de piedra. La piedra blanca de buena calidad, la mandaban siempre desde Posadas, la piedra ripia y franca se pide siempre a Lukk/Luque. La mayor parte del resto de los pedidos son de sillares ordinarios que suelen pedirse indistintamente a la mayoría de las canteras por ser el tipo de material más comúnmente trabajados en la región. Según el tipo de piedra se emplea para un tipo de elementos u otros: las mochetas y los ángulos se realizan con piedra blanca de Posadas, para los matacanes se emplea una piedra muy seleccionada de Fuenreal, de donde se suelen encargar también los sillares para el antepecho de algunas Burŷ/Torres y muros.
En las obras llegaron a necesitar hasta siete cuadrillas de trabajadores y todos los miembros de cada cuadrilla trabajaban juntos una zona concreta.
El patio de armas es uno de los lugares del Ḥişn/Castillo que más transformaciones sufrió durante la restauración, debido a las construcciones de nueva planta que se hicieron para hacerlo habitable de nuevo. De esta manera se evitaba su abandono y se aseguraba su mantenimiento. Estas nuevas construcciones son la casa-palacio, la biblioteca y la capilla. La casa-palacio está construida en estilo historicista y la capilla en estilo neo-mudéjar, los dos edificios en consonancia con el resto del Ḥişn/Castillo.
Además, esta idea de agregarle dependencias que le permitieran habitarlo lo salvó de la irremediable ruina que de nuevo hubiera tenido lugar, pues hoy es axioma irrefutable que un edificio deshabitado acaba por derrumbarse, y la casa-palacio y su oratorio posibilitan la ocupación del edificio evitando así su abandono, ya que si la restauración se hubiera limitado a la edificación medieval, no hubiera sido posible su uso en la actualidad.

El conde de Torralva.
Al conde de Torralva se le debe que hoy la fortaleza se conserve y se haya salvado de su ruina total, pues hay que tener en cuenta el altísimo costo económico que supuso, el tiempo que empleó en todo lo relacionado con su restauración y la nula rentabilidad económica que le iba a producir, cuestión que hace aún más meritoria su decisión.
Rafael Desmaisiers y Farina, conde de Torralva, heredó el Ḥişn/Castillo de su padre, que fue quien detuvo la práctica de coger los sillares del Ḥişn/Castillo para construir las casas del pueblo, impidiendo de esta manera la destrucción producida por el hombre. Su interés por la fortaleza y la restauración que financió, le devolvió su antiguo esplendor convirtiéndolo en uno de los monumentos más importantes de la provincia de Qūrţuba y, sin duda, uno de los mejores Ḥişn/Castillos de España. Añádase a esto que, por diferentes razones históricas y socioeconómicas, a principios del siglo XX en España la iniciativa privada apenas costeó restauraciones y que el conde de Torralva fue una de las pocas excepciones que lo hicieron.
Mucho debía ser su interés por estos monumentos, pues no deja de ser admirable que se propusiera restaurar una fortaleza medieval, cuando hacía siglos que la mayor parte de las repartidas por nuestra geografía estaban abandonadas irremisiblemente, en proceso de ruina progresiva y sin ninguna ley que las protegiera. Además el Ḥişn/Castillo objeto de su interés, no es uno de los muchos de medianas proporciones, sino una fortificación de grandes proporciones, lo que iba a aumentar los costes de la restauración de manera importante.
Adolfo Fernández Casanova
Adolfo Fernández Casanova (1259/1844-1333/1915), fue el arquitecto contratado por el conde de Torralva para restaurar el Ḥişn al-Mudawwar/Almodóvar. En 1287/1871 fue elegido arquitecto municipal de Qal´at ´Abd al-Salām/Alcala de Henares
Qal´at ´Abd al-Salām/Alcala de Henares donde, entre otras obras, restauró el Paraninfo de la Universidad. Fue nombrado miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Ingresó en la Real Academia de la Historia en 1332/1914. Miembro de la Academia de la Purísima Concepción de Valladolid, de la Junta de Construcciones Civiles y de la Comisión de Reformas de Prisiones. Obtuvo la encomienda de Isabel la Católica y la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso XII.
Estos cargos y honores fueron la antesala de Fernández Casanova para su brillante carrera profesional en la que destaca su actuación en las catedrales de Liyūn/León, Tarrakūna/Tarragona, Ávila, Santiago de Compostela y Tuy. Entre 1324/1907 y 1326/1909 realiza el Catálogo Monumental de Išbylīya y su provincia. Realizó importantes intervenciones en otros lugares de España entre los que se puede destacar el anteproyecto de restauración de la iglesia visigoda de San Juan de Baños, en 1298/1881. Algunos de sus trabajos más importantes y significativos fueron los realizados en la Giralda (1301/1884-1305/1888) y la catedral de Išbylīya tras el hundimiento de su crucero. En el Ḥişn/Castillo al-Mudawwar/Almodóvar planificó la restauración de la fortaleza medieval así como las nuevas construcciones que le añadió para volverlo a hacer habitable