miércoles, 22 de octubre de 2025

ACUEDUCTO DE LOS CAÑOS DE CARMONA

 

Acueducto de los Caños de Carmona

Data de la época en que fueron levantadas las murallas de Sevilla, aproximadamente entre los años 68 y 65 a. C., fecha que tuvo como cuestor de la ciudad a Julio César. En el barrio de la Alfalta hay un castellum aquae del s. II d. C..

Se inician los primeros trabajos en 1171-72. “Había fuera de la Puerta de Carmona, en el llano, huellas antiguas de la construcción de una acequia. Fue a ella al-Hayy Yacis, el ingeniero y cavó alrededor, apareciendo la traza de un acueducto, por el que se conducía el agua antiguamente a Sevilla, obra de los primeros reyes romanos”. “No cesó el ingeniero al-Hayy Yacis de seguir la excavación con los mineros y obreros y con los cientos de hombres que iban con él, hasta que la excavación los condujo a la fuente antigua, llamada fuente de al-Gabar. Al excavar descubrieron que no era un manantial, sino parte de la canalización del acueducto, entonces continuaron la excavación hasta llegar a “las cercanías del castillo de Yabir (Alcalá de Guadaira). El nacimiento del acueducto se produce en las inmediaciones de una antigua ermita llamada de Santa Lucía, al suroeste de Alcalá de Guadaira. En el nacimiento a unos 8,5 m por debajo de la cota actual del terreno, se conserva una cámara circular labrada en la roca caliza en la que confluyen tres manantiales. De ella parte la llamada Mina hacia Alcalá de Guadaira, y el qanat o conducción subterránea de los Caños de Carmona, que llegan hasta Sevilla. La galería principal está labrada en la roca caliza y cubierta con media bóveda de cañón de ladrillo. La altura es de 1,6 m y la anchura de 0,40 m.

Se trata de 17 km de acueducto en el que unos 10 km transcurren subterráneos, desde el Pago de Santa Lucía, en Alcalá de Guadaira, hasta Torreblanca, unos 5,30 km en forma de canal a cielo abierto- una gran curva que permite el desarrollo de espacios irrigados, entre Torreblanca y la Cruz del Campo- y un tramo final de 1,7 km sobre arcos, que van ganando altura a medida que se aproximaba a la ciudad – desde la Cruz del Campo hasta la Puerta de Carmona. En él se situó una tubería que iba inserta en la muralla, de 820 m, que abastecía a la Torre del Agua del Alcázar. Los restos de esta tubería se conservan en el tramo de muralla que hay en el callejón del Agua del barrio Santa Cruz. El tramo que iba hasta el palacio de la Buhaira medía 1,56 km. El agua se almacenaba en una acequia junto al palacio, que se conserva en la actualidad. A ello hay que añadir la canalización intramuros en dos direcciones; una por el muro de Yahwar hacia el Alcázar y la otra hacia el interior de Sevilla, en la calle mayor (Se desconoce dónde se encontraba, pero a partir del s. XVI consta la existencia de un depósito junto a la parte interna de la muralla, cerca de la Puerta de Carmona), donde había sido construido un gran depósito desde el que se distribuía el agua hacia diversos lugares de la ciudad, siendo utilizada por las clases más pudientes, para el riego en las Huertas del Rey (Buhayra), los Reales Alcázares, además de dar suministro a algunas fuentes públicas. Fue el califa Abū Yūsuf Yaʿqūb quien el 13 de febrero de 1172, vino a inaugurar esta obra. Se estima que el acueducto aportaba 5.000 m3 de agua potable al día.

En 1248 la ciudad fue conquistada por los castellanos. En 1254 consta la existencia de gran número de molinos en el cauce del acueducto, desde Alcalá de Guadaíra hasta Sevilla. Aquel año, Alfonso X concedió al cabildo de la ciudad las rentas de nueve de estos molinos a cambio de que mantuviesen el acueducto. En la Baja Edad Media los castellanos realizaron importantes reparaciones.

En 1254 consta que los Caños de Carmona abastecían a dos fuentes públicas. Posteriormente, se construyeron los siguientes lugares de abastecimiento público, dependientes del cabildo municipal: el pilar de la Puerta de Carmona (1398); la fuente de la Plaza de san Francisco (1411); la pila de la Alfalfa (s. XVI); la pila junto a la Iglesia de la Magdalena (s. XVI); el pilar frente al Convento de San Benito (1672); la fuente junto al Convento de la Encarnación (1720); el pilar del barrio de la Calzada (1760); dos pilares en el barrio de San Bernardo (s. XVIII); y la fuente de la Laguna. También estaban: el pilar de la Cuadra, que fue convertido en una fuente tras la construcción de la Real Audiencia; la pila del Hierro, que estaba entre la calle Alemanes y la avenida de la Constitución, y que fue clausurada a finales del s. XVI; el pilar junto a la Iglesia de san Juan de la Palma (1518); el pilar de la calle San Esteban (1518); y la fuente de la plaza del Duque de Medinaceli (1758).

Los reyes otorgaron a los nobles y a las instituciones religiosas autorización para tener fuentes en los palacios y los conventos. Desde la Baja Edad Media tenían abastecimiento propio la Catedral de Sevilla, La Colegiata del Salvador y el convento de san Francisco. En el primer tercio del s. XVI había veinte fuentes públicas y más de 300 privadas. En el s. XVII había 19 cañerías urbanas principales y 12 extramuros para llevar agua a las casas de campo y los monasterios.

En 1398 se rehicieron 103 arcos.

Los Reyes católicos otorgaron el abastecimiento a los siguientes conventos y monasterios: San Benito en 1477, San Pablo el Real y Santo Domingo de Porta Coeli, San Jerónimo en 1500 y Santa Paula, san Leandro y Santa Inés en 1502. En 1505 se lo otorgaron al Colegio de Santa María de Jesús.

Felipe II otorgó el abastecimiento a la Real Audiencia en 1574, a la Casa Lonja del Consulado de Cargadores a Indias en 1582 y a la Aduana en 1586.

Felipe III otorgó el abastecimiento a los siguientes conventos: San Diego en 1600, San José en 1607, el Carmen en 1611 y el Santo Angel en 1614.

Felipe IV lo otorgó a la Trinidad en 1625 y al de San Antonio de Padua en 1629.

Carlos II lo otorgó al Convento de la Consolación en 1687.

Carlos II también lo concedió a los siguientes hospitales: del Santísimo Cristo de los Dolores en 1677, el Real en 1680, de los Venerables en 1682 y de San Cosme y San Damián en 1695.

En 1683 se lo concedió a la Universidad de San Telmo y en 1685 a la Fábrica de Tabacos.

En el s. XVII entre las cañerías urbanas principales de la ciudad estaban las construidas para los conventos de San Pablo el Real, Madre de Dios, Santa Paula, San José, la Trinidad, San Agustin, San Benito y Santo Domingo de Porta Coeli.

La cañería del duque de Medina-Sidonia iba desde la Puerta de Carmona hasta su palacio en la actual Plaza del Duque. También abastecían a la Casa de Pilatos

Felipe V otorgó el abastecimiento al Convento de Santa Rosalía en 1701, al Oratorio de San Felipe Neri en 1706 y al Monasterio de San Clemente en 1710. También lo otorgó al Colegio de la Inmaculada Concepción, de los jesuitas. En 1703 se lo concedió al prior del Consulado de Cargadores a Indias. En 1728 lo concedió, además, a la nueva sede de la Fábrica de Tabacos. Fernando VII otorgó el abastecimiento en 1755 al Colegio de Niños Toribios. En 1759 lo otorgó a la Real Fábrica de Artillería y a la fábrica de salitre. Carlos III otorgó el abastecimiento en 1776 a las Atarazanas y en 1788 al cuartel de caballería de la Puerta de la Carne. Jose Manuel de Arjona llevó a cabo una reforma del acueducto en 1827 para mejorar la calidad del abastecimiento. Esta fue diseñada por el arquitecto municipal Melchor Cano. Esta ahorraba 3 km de trayecto y eliminaba la mayoría de los molinos. Las obras fueron paradas por temas presupuestarios en 1833 y reanudadas posteriormente. En 1842 había llevado ya el 73% del proyecto. Se conservan planos de 1846 de Gabriel Gómez Herrador, que muestran el nuevo acueducto desde la hacienda La Red hasta la Cruz del Campo. En 1856 se estaba instalando la red de distribución intramuros.

En 1864 fue derribada Puerta de la Carne y la muralla cercana, perdiéndose también dos tuberías que había en ella.

En 1868 fue derribada la Puerta de Carmona

En 1882 el Ayuntamiento concedió al británico George Higgins Winfield, que había trabajado en Argentina en la mejora de aguas potables, la renovación de los Caños de Carmona. Posteriormente, cedió esta labor a James E. Shaw.

En 1883 Higgin publicó un proyecto para la mejora de alcantarillado. En 1883 la empresa The Seville Tramways Company Limited se hizo cargo de los tranvías municipales y en 1884 The Seville Waterworks Company Limited se hizo cargo del abastecimiento de agua.

En 1908 fueron derribados los arcos que iban desde la ciudad hasta el Tagarete. En 1910 fue redactado un plan para derribar los arcos de la calle Oriente, actualmente llamada Luis Montoto. La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando envió a Rodrigo Amador de los Ríos para que informase de la importancia de la construcción. Descubrió restos romanos y árabes, aunque no tenía la importancia de otros acueductos españoles, y dictaminó que la obra podía hacerse conservando solamente algunas zonas. Los miembros de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la Provincia de Sevilla aprobaron la realización de la obra y el vicepresidente, José Gestoso, informó a favor argumentando que: "ni todo lo antiguo por el mero hecho de serlo entraña importancia e interés para la historia, para la arqueología y para el arte, ni puede sostenerse el criterio de anteponer a verdaderas necesidades de higiene y a exigencias justas y razonables de urbanización el abolengo más o menos remoto de vulgares construcciones". Tras esto, realizaron un informe en contra los siguientes miembros de la Real Academia de la Historia presidida entonces por Marcelino Menéndes Pelayo: José Ramón Mélida, Fidel Fita y Enrique de Aguilera y Gamboa, XVII marqués de Cerralbo. La parte de la calle Oriente fue derribada en 1912.

Otra zona se conservó por ser del cerramiento de la Huerta de la Alcantarilla de las Madejas, de titularidad privada. Posteriormente, fue expropiada a Borrero Blanco y quedó incluida en el Puente de la Calzada, diseñado por Félix Ramírez Doreste en 1926 sobre el ferrocarril, que fue finalizado en 1929. El puente fue derribado en 1991 y se conservó esta parte, en el cruce entre las calles Luis Montoto y Demetrio de los Ríos.

Entre 1964 y 1966 se derribó una parte de la arquería realizada en el s. XIX.

Partes conservadas. Quedan restos de las conducciones subterráneas en los alrededores de Alcalá de Guadaíra. También hay algunos pozos del trazado subterráneo entre Alcalá, el polígono industrial La Red y el barrio de Torreblanca.

Frente al número 28 de la calle Luis Montoto hay una arquería doble, del s. XII, que fue restaurada en 1951 y 1982.

En el cruce entre la calle Luis Montoto y la calle Demetrio de los Ríos hay una arquería que formó parte del Puente de la Calzada entre 1929 y 1991. En ella está la imagen de la Virgen de las Madejas.

Frente al número 10 de la calle Cigüeña, en el barrio de los Pajaritos, hay cinco arcos de ladrillo de comienzos del s. XIX.

De la conducción de la Buhaira se conservan 33 arcos completos y restos de otros 3.

En el barrio de Santa Cruz, se conservan las cañerías que transcurren por el callejón del Agua, desde la plaza de Refinadores hasta la Torre del Agua del Alcázar.

La cisterna de la Plaza de la Pescadería

El castellum aquae, el sistema general de aguas de época romana, está datado en la época del emperador Trajano (s. II d.C.) y se mantuvo en uso hasta el s. V d.C., una monumental estructura empleada como cisterna o depósito de agua, de 45 metros de largo por 20,7 metros de ancho, formada por tres naves de 41 por 5 metros cada una, que almacenaban el agua que entraba en Sevilla por la Puerta de Carmona, y que los Caños de Carmona traían desde Alcalá de Guadaíra

La situación de esta cisterna tiene su explicación, ya que se encuentra en una de las zonas más altas de Sevilla, y desde aquí se procedía a distribuirla al resto de la ciudad.


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