jueves, 13 de noviembre de 2025

PARQUE DE MARIA LUISA

 

Parque de María Luisa.

En 1580 se comenzó la construccción del convento de la Orden de Frailes Menores Descalzos de san Francisco, en lo que está hoy ocupado por el Casino de la Exposición, el teatro Lope de Vega, parte de la avenida de María Luisa y la Glorieta de San Diego, que conserva el nombre como una reliquia.

El convento vivió las riadas de 1603, 1618 y 1784. En 1784 los estragos causados por la riada hicieron que la comunidad solicitase al rey Carlos III la concesión de la sede del Noviciado de San Luis (hoy iglesia de san Luis de los Franceses), vacío tras la expulsión de la Compañía de Jesús (Real Orden de 1767. Este fue concedido y se trasladaron ese mismo año.

En 1784, el rey Carlos III le concedió el edificio del convento de San Diego de Alcalá al industrial Nathan Wetherell, de origen inglés, que lo convirtió en una fábrica de curtido de pieles. Aunque fue reformado, se conservó la iglesia conventual.

En 1796, hubo una nueva riada, que provocó pérdidas económicas de 15.000 pesos.

En 1849 Antonio María Felipe de Orleans, duque de Montpensier y su esposa María Luisa Fernanda de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, adquirieron el Palacio de San Telmo, hoy sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, la antigua iglesia conventual fue usada como capilla por la servidumbre del palacio. Entre las diversas obras que acometieron en él, encargaron al jardinero francés Lecolant la ejecución de un gran jardín acorde con la majestuosidad del edificio que habían convertido en su residencia. Con objeto de disponer de suficiente superficie compraron terrenos colindantes como la Huerta del Naranjal y aquéllos sobre los que se asentó el antiguo convento de san Diego.

En mayo de 1893 una gran parte de ese jardín Parque de María Luisa, fue cedido al Ayuntamiento de la ciudad, por la duquesa viuda, la Infanta María Luisa de Borbón. A partir de ese momento, todo este gran jardín que quedaba al sur de la nueva vía y que llegaba hasta el paseo de Bella flor –donde se ubicarían los Jardines de las Delicias- iba a ser un parque para la ciudad, que agradecida, lo llamaría Parque de María Luisa.

En junio de 1909, se lanza por vez primera la idea de celebrar una Exposición Hispanoamericana en Sevilla, el Ayuntamiento ofrece el Parque de María Luisa y terrenos adyacentes de su propiedad como posible ubicación de la misma.

Se piensa entonces en una adecuada adaptación del parque para que, sin que se deteriore, sirva correctamente como marco para la celebración de la Exposición. Como director de los trabajos de planificación general y de las obras de edificación se elige al arquitecto Aníbal González. Para las necesarias obras específicamente de jardinería se busca a un especialista de reconocido prestigio y la elección recae en Jean-Claude Nicolás Forestier, ingeniero francés que era conservador de los parques y jardines de París y autor de numerosas obras fuera de su país.



Su nombre viene dado por el antiguo Convento de Franciscanos descalzos que había en ese lugar, se encuentra en la entrada del parque desde la Glorieta del Cid. Está compuesta de tres arcos de medio punto. En el centro de mayor tamayo que los extremos, se cobija una escultura realizada por Manuel Delgado Brackembury, y representa a una majestuosa dama simbolizando Hispania, porta corona y túnica apoyada sobre un escudo de los reinos de Castilla, León, Navarra y Aragón, a izquierda un león con el globo terráqueo entre sus garras. En el arco de la izquierda se encuentra la escultura que simboliza la riqueza material de la ciudad, aparece con una túnica y en sus manos las espigas de trigo y un racimo de uvas, en el arco de la derecha otra escultura con túnica simbolizando el cielo de Sevilla, lleva en su mano derecha una imagen de la Inmaculada, todo el conjunto es cobra del Enrique Pérez Comendador.

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