jueves, 25 de septiembre de 2025

Puertas de la Catedral

 

Portadas de la Catedral de Sevilla

La Portada Principal o de la Asunción o Puerta del Perdón Nueva, se encuentra situada en el centro de la fachada que da a la avenida de la Constitución. No se llegó a labrar en el momento histórico en que se construyó la Catedral, permaneciendo inconclusa durante siglos, hasta que en 1.827 el Cardenal Cienfuegos y Jovellanos decidió su remate, que no terminó el Maestro Mayor de la Catedral, Fernando de Rosales, hasta seis años más tarde.

El gran arco ojival está sobre las arquivoltas, 39 magníficas esculturas de santos y apóstoles a tamaño natural, sobre pedestales y bajo doselete, entre las que se observan las de san Pedro, san Pablo, Santiago el Mayor, san Andrés, san Juan Evangelista, Santiago el Menor, etc. Esta puerta principal quedó reservada para las visitas protocolarias de los monarcas y las entradas solemnes de los arzobispos.

En ella comienza, además, el Camino de Santiago por la Ruta de la Plata o Camino Mozárabe, que conecta la zona occidental del sur peninsular con Santiago de Compostela.


Portada de San Miguel o del Nacimiento, también en la avenida de la Constitución, más cercana al Archivo de Indias. Está situada en el lugar de un acceso anterior cuyo nombre desconocemos y frente al antiguo colegio de San Miguel, primer establecimiento de carácter universitario de esta ciudad, fundado por Alfonso X el Sabio, y cerca del arquillo del mismo nombre que existió hasta 1.762. Es llamada “del Nacimiento” porque en la portada se incluye la representación del Nacimiento de Cristo.

Es gemela de la Puerta del Bautismo. Construida en el s. XV, se encuentra decorada con esculturas de terracota entre las que destacan las de san Laureano, San Hermenegildo y los Cuatro Evangelistas, ejecutados por Millán. El motivo central y el resto de imágenes son debidas a Lorenzo Mercadante de Bretaña. Ésta es la vía de acceso actual (2.011) de las procesiones de Semana Santa al templo catedralicio en su recorrido por la carrera oficial.


La Portada del Bautismo, en la avenida de la Constitución, es la más cercana a la calle Alemanes. Construida en el s. XV, se encuentra decorada con la representación del relieve del Bautizo de Cristo en el tímpano. De estilo gótico, en las arquivoltas se disponen personajes del Antiguo Testamento, siendo las esculturas mas importantes las de las jambas laterales situadas sobre ménsulas y bajo doseletes, donde aparecen, a tamaño natural, las figuras de santa Justa, santa Rufina, san Leandro, san Isidoro, san Fulgencio y santa Florentina; son obras de barro cocido que originariamente estuvieron policromadas; su calidad es excepcional y fueron realizadas por Lorenzo Mercadante de Bretaña entre 1.464 y 1.467. Los ángeles y siete profetas, así como las figuras del tímpano son debidos al escultor Pedro Millán.

La portada del Bautismo ocupa el mismo lugar que tuvo la Puerta de Consolación desde 1.248. Constituía el ingreso que conducía a los fieles hacia la pila bautismal en la mezquita-catedral, al altar mayor de este templo y también tuvo gran importancia en el contexto de algunas ceremonias, ya que por ella entró en la Catedral el infante don Fernando de la Cerda en 1.407 cuando vino a recoger la espada de Fernando III para que le sirviera de talismán en la batalla de Zahara.


Una al sur, que da a la Plaza del Triunfo:

La Puerta de san Cristóbal o del Príncipe, de estilo neogótico, es la que coincide con el brazo sur del crucero, frente al lateral del archivo de Indias, en la calle Fray Ceferino. Fue proyectada por Adolfo Fernández Casanova y terminada en 1.917, aunque su primer diseño fue realizado por el arquitecto Demetrio de los Ríos en 1.866. Actualmente (2.011), delante de esta puerta, está situada una réplica a tamaño real del «Giraldillo».


Puerta de la Concepción. Comunica la Catedral con el Patio de los Naranjos. También el diseño fue realizado por Demetrio de los Ríos y proyectada y finalizada por Adolfo Fernández Casanova en 1.895, También de estilo ojival florido, esta decoradas con un altorrelieve en el tímpano que representa la Concepción y con estatuas de barro cocido


En la facha del oriente se abren:

Puerta de Palos. Gemela de la anterior, es conocida también como Puerta de la Adoración de los Magos, por el relieve con este tema que se encuentra en su tímpano, modelado por Miguel Florentín hacia 1.520. El nombre de «Palos» es más popular, y se debe a las verjas de madera que la separaban del adyacente Corral de los Olmos, donde antiguamente se situaron algunas dependencias del Cabildo Catedralicio.luce en el timpano un altorrelieve con la entrada de Jesús en Jerusalén, y en los lados varias esculturas, obras de Miguel Florentín.

Es muy popular entre la ciudadanía, porque por ella salen de la Catedral las Hermandades durante la Semana Santa, así como la Virgen de los Reyes cada 15 de agosto.


Puerta de La Campanilla. Antiguamente, la puerta estaba dedicada a san Mateo por la proximidad a la capilla de este Evangelista y, aunque su advocación actual es la de la “Entrada en Jerusalén”, se le denomina popularmente como “de la Campanilla”, que era el nombre de un postigo ubicado cerca y que fue derribado a fines del s. XVIII. El apelativo lo recibía por una esquila, actualmente en la parroquia catedralicia de san Sebastián, que convocaba a los obreros de la fábrica. En la actualidad se accede por su atrio a la Capilla Real mientras está funcionando la visita cultural.

Se sitúa entre la Capilla Real y la Sala de Ornamentos, en el muro de levante de la Catedral, y fue construida por Juan de Hoces hacia 1.480. Su imaginería se compone de la Entrada de Cristo en Jerusalén en el tímpano, así como seis profetas en las jambas de la puerta y cuatro ángeles en la parte superior, talladas entre 1.522 y 1.523 y se han atribuido a Lope Marín y a Miguel Florentín, aunque últimamente se está barajando la posibilidad de que fueran obras del francés Michel Perrín.


Puerta Vieja, de la Granada o exterior del Lagarto. Comunica la Plaza de la Virgen de los Reyes con la parte cubierta del Patio de los Naranjos; es la de más simple decoración. Actualmente sólo se puede acceder al Patio de los Naranjos desde la Catedral a través de la Puerta de la Concepción y salir por la Puerta del Perdón, por lo que esta puerta permanece cerrada. Las puerta de entrada al Patio tuvieron decoración de yeserías, se conservan restos del borde festonado o con lambrequines y bóveda de mocárabes en el tramo de acceso a la galería, como la existente en la llamada Puerta del Lagarto, junto a la Giralda. Dignas de admiración son los dos grandes batientes de sus puertas, de madera de alerce revestida de chapas de bronce, cuya sobria decoración de lacería deja en sus interespacios una delicada labor de atauriques mezclada con máximas del Corán en caracteres cúficos.


El lagarto de la catedral

El cocodrilo (o como lo conocemos aquí, "el lagarto") de la catedral de Sevilla. Tenemos que remontarnos a la Sevilla de Alfonso X el Sabio, a la ciudad recién conquistada a los sevillanos musulmanes, a la nueva ciudad mayor de Castilla.

Una amplia comitiva saldría de Egipto hacia la Península Ibérica cargada de presentes, con el objetivo de llegar a Sevilla y pedir, en nombre del sultán, la mano de Berenguela, hija de Alfonso X. El pretendiente sería el primogénito del sultán egipcio, Al-Malīk Az-Zahīr entre 1260 y 1277.

Berenguela nació en Sevilla en 1253 y fue la heredera al trono de Castilla hasta el nacimiento de su hermano, el infante Fernando de la Cerda, e ingresó finalmente como religiosa en el monasterio de Santa María de las Huelgas de Burgos.

Tras semanas de viaje, la comitiva llegó a Sevilla con exóticos regalos como un cocodrilo del Nilo, un colmillo de elefante y una jirafa, queriendo impresionar a Alfonso X con estos animales, símbolos de la riqueza y el poder de su lejano reino. El monarca agradeció los presentes pero rechazó la pedida de mano.

Tras la muerte del cocodrilo, el animal se disecó para ser expuesto hasta que siglos después, ya en el s. XVI y debido a la mala conservación, sería sustituido por una copia realizada en madera. Junto a él se exhiben el colmillo de elefante, el freno de hierro que supuestamente traía la jirafa y una especie de vara que para unos era un cetro y para otros una fusta con la que dirigir al domesticado animal. De todos ellos, evidentemente lo que más llama la atención por original, es el reptil. Sevilla no es ciudad donde abunden los cocodrilos y aquellos sevillanos de siglos anteriores no habían visto nunca ninguno. Es por ello que la gente lo denominara"lagarto" y con ese nombre ha llegado hasta nosotros.


La Puerta del Perdón (nombre que recibirá ya en época cristiana 1407).

La primera fecha en la que está datada esta puerta es en el año 1196 cuando la ciudad es conquistada por los almohades en el año 1147, levantarán una nueva Mezquita Aljama (mezquita principal), de un tamaño muy superior a la anterior ´Umar ibn ´Adabbās (que siguió funcionando como mezquita hasta la conquista cristiana). El nuevo edificio sería más digno para la capital del nuevo Imperio. Con ella se construirá el alminar que, siglos después, se convertiría en la Giralda.

La Puerta del Perdón era por tanto la entrada (y fachada) principal de la gran mezquita, la que daba acceso al patio de abluciones para posteriormente, entrar en la enorme sala de oración. Al ser conquistada la ciudad por los cristianos en 1248, la mezquita pasa a usarse como catedral, conservando el edificio y modificando solamente su orientación. En lugar de rezar mirando al sur, los cristianos lo harían mirando hacia el este. Durante el s. XV, el edificio almohade se iría destruyendo a la vez que se levantaba la actual catedral gótica.


La mezquita se encontraba junto con el Alcázar, dentro de un segundo recinto amurallado, justo en el extremo sur de la ciudad. Por tanto, como ha ocurrido en tantas ciudades históricas, la parte civil estaba separada de la religiosa y de la regia, la Puerta del Perdón sería ese punto donde la ciudad "pública" y la "privada" se unían.

La puerta estaba concebida a modo de torreón cuadrangular, de cierto carácter militar y defensivo, en cuyo interior, tres arcos de herradura apuntados daban acceso al patio de abluciones. La portada original tendría como remate una azotea, con un pretil de merlones de gradas, de los que aún se conserva uno original y fragmentos de otros dos.

Lo que más destacaría sin duda, eran las dos hojas batientes de la puerta, conservadas in situ y que son una verdadera joya. Datan de inicios del s. XIII, tienen una altura de 7,24 metros y cada hoja de la puerta mide de ancho 1,97 metros. Están hechas de madera de cedro y forradas en bronce, con una decoración a base de hexágonos alargados, que contienen temas florales y letreros en cúfico florido y octógonos inscritos en estrellas de cuatro puntas. Se sabe que la puerta estaba policromada, al menos en parte, usando el rojo para destacar relieves e inscripciones.

Son de admirar los dos grandes batientes de sus puertas de alerce, revestido de chapas de bronce, con dos magníficos aldabones de bronce fundido y cincelados, con bellísima labor de atauriques calados, cual si fueran encajes o filigranas, cuyos originales se exponen en el interior de la catedral, en una de las cámaras de subida a la Giralda. Las que vemos en la puerta son copias realizadas en 1982. En las aldabas también aparecen inscripciones procedentes del Corán, así como en las bandas que rodean los largueros de ambos batientes, perfilando ambos rectángulos. - Aldabón izquierdo: “Entran allí en los jardines y fuentes pacíficamente salvados. Nosotros habíamos arrancado de sus pechos lo que existía de rencor. Estarán fraternalmente sentados sobre divanes, cara a cara. Ninguna pena les tocará, y de allí no serán expulsados nunca”.
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Aldabón derecho: “En unos oratorios que Dios permitió elevar y en los cuales su nombre era invocado. En ellos glorifican a Dios, en el aurora y en el crepúsculo, unos hombres a los que ni el negocio ni el trueque distraen de la invocación a Dios y el cumplimiento de la oración” (Corán, surat al-Nur: 24, 36-37).

Sobre la azotea, ya en época cristiana y en estilo mudéjar, se levantaría una cámara con cinco ventanas que abren al interior del patio, donde se sabe que hasta al menos 1496, esta cámara la formaban dos habitaciones que se alquilaban. Del s. XV son también las yeserías que la decoran, siendo por tanto mudéjares, realizadas ya en época cristiana. Durante el tiempo que el edificio sirvió como catedral, antes de la construcción del edificio gótico, la Puerta del Perdón ejerció también de fachada principal del templo mayor sevillano, algo que se prolongaría hasta la conclusión de las obras en el XVI.



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