miércoles, 17 de diciembre de 2025

PLAZA DEL PAN

 

Plaza del Pan

Durante el periodo almohade la plaza del Pan formaba parte del zoco de la mezquita de Ibn Adabbas (situada en la actual iglesia del Salvador) y que ocupaba además la Plaza del Salvador y la Alfalfa. En este mercado se vendían alimentos como pescado, pan y verduras.

En 1172, se erigió la Mezquita alhama en el lugar actualmente ocupado por la Catedral. Con esta nueva construcción, la Alcaicería de Ibn Adabbas perdió la primacía comercial aunque continuó siendo un importante polo comercial de la ciudad.

Tras la conquista de Sevilla por la corona de Castilla en 1248 se mantuvo el uso comercial y artesanal en esta zona.

A primeros del S.XIV los datos apuntan a la existencia de puestos de venta de pan proveniente de la cercana localidad de Alcalá de Guadaíra , principalmente. La industria era tan importante y el pan era de tal calidad que era popularmente más conocida como Alcalá de los Panaderos. De ahí su denominación como «Plaza del Pan» a pesar de que su nombre oficial es el de Plaza de Jesús de la Pasión desde 1914, por iniciativa de los vecinos a favor de la imagen tallada por Martínez Montañés. A medidados del xix el mercado de pan y alimentos se trasladó a la cercana Plaza de la Encarnación. La llegada del s. xx trajo a esta plaza y sus alrededores la estampa de los cargadores gallegos y montañeses que ejercían de porteadores de mercancías.

martes, 16 de diciembre de 2025

PLAZA SAN LEANDRO

 

Plaza de San Leandro

Es posible que muchos de los que pasan a diario por este lugar no sepan su nombre oficial y sí el oficioso. La Plaza de San Leandro es la Pila del Pato para casi todos.

La Pila del Pato es como se conoce a una bicentenaria y renacentista fuente de mármol que ahora está en la Plaza de San Leandro, pero antes tuvo otras ubicaciones. Su historia comienza en 1833, cuando se decidió realizar una fuente que sustituyera a la de Mercurio, que estaba delante del actual Banco de España en la Plaza de San Francisco. Medio s. más tarde, en 1885, se trasladaría a las inmediaciones de la calle Relator.

El cambio de s. fue también sinónimo de cambio de sitio para la Pila del Pato, que se trasladó a una explanada junto a la estación del Prado de San Sebastián. Pero la ampliación de los juzgados obliga a moverla de nuevo de sitio, llegado a su actual ubicación en 1965.


lunes, 15 de diciembre de 2025

PLAZA DE DOÑA TERESA ENRÍQUEZ

 

Plaza de doña Teresa Enríquez

La Plaza de Doña Teresa Enríquez, enclavada entre las calles San Vicente y Miguel Cid, es un ensanche del entramado urbano del centro de Sevilla que recuerda a una mujer cinco siglos después. Teresa Enríquez, nacida en Valladolid en 1450, era prima hermana de Fernando II, rey de Aragón, tía de San Francisco de Borja y de San Juan de Ribera. Pero no por eso ha llegado su nombre hasta nuestros días. La fundación de las Hermandades Sacramentales como la de San Lorenzo, del Sagrario, de San Vicente o San Isidoro y el culto al Santísimo la hicieron popular y fue incluso conocida como la loca del sacramento. Falleció en Torrijos en 1529.

Probablemente, no sea la plaza más conocida de la ciudad. No es habitual en las rutas turísticas del centro de Sevilla ni tiene tiendas de souvenirs en sus fachadas. Quizá por eso no ha perdido su encanto y su tranquilidad, sólo interrumpida por la actividad cofradiera de la iglesia de San Vicente, de la que su fachada malva ocupa todo un lateral de la plaza. El otro, de blanco, está compuesto una sucesión de casas particulares. Y, en los extremos, los adoquines de la calzada.

Los naranjos, como en tantos rincones sevillanos, son protagonistas de la Plaza de Doña Teresa Enríquez. Dos hileras flanquean el monumento central de la plaza, que incluye una renacentista Cruz de San Vicente. Es una copia de la original, que se encuentra en el interior del vecino templo y que presidía desde el s. XVI el cementerio de la parroquia.



domingo, 14 de diciembre de 2025

PLAZA DEL CABILDO

 

Plaza del Cabildo.

Podemos acceder a la Plaza del Cabildo a través de tres pasadizos: desde la Avenida de la Constitución, desde la calle Almirantazgo y desde la calle Arfe. Llegaremos a una tranquila plaza con un edificio residencial de tres plantas, forma semicircular y porticado, construido a mediados del s. XX por Joaquín Barquín y Barón, en el espacio que ocupó durante siglos el antiguo Colegio de San Miguel. El Colegio de San Miguel fue propiedad del Cabildo de la catedral desde su inicio y hasta su desaparición, de ahí el nombre de la actual Plaza del Cabildo que hoy ocupa su lugar. A lo largo de su historia, en él estudiaron alumnos becados que daban servicio a las labores propias del templo catedralicio; fue residencia del maestro de capilla, los mozos del coro y los propios seises. Su formación se centraba en el estudio del latín y gramática, así como en música y canto gregoriano. Los estudios de teología llegarían al Colegio de San Miguel en el s. XVII.

Dentro del recinto formado por el colegio, se ubicaban también la llamada como "carnicería de los clérigos" y el cementerio de San Miguel, el cual probablemente contara también con una pequeña ermita.

En el espacio que ocupa la plaza y los edificios residenciales que la forman, encontramos dos lienzos de muralla de la etapa musulmana de Sevilla. La plaza y su enorno conserva restos de dos lienzos de muralla diferentes. Uno lo encontramos entrando por el acceso desde la calle Arfe. Al entrar por este lugar, lo hacemos a través de un corredor en recodo, por lo que primero giraremos a la derecha y luego a la izquierda para llegar a la Plaza del Cabildo. Pues bien, en ese segundo giro encontramos una reja, un patio interior y restos de muros. Este lienzo de muralla sí es parte de la antigua cerca musulmana de la ciudad.

Este fragmento de muro pertenecía al tramo de muralla que unía el Arco del Postigo con la desaparecida Puerta del Arenal, situada en la confluencia de Arfe con las calles García de Vinuesa, Castelar y Harinas. Gran parte de la muralla de Sevilla sigue conservándose oculta tras los edificios que sobre ella se construyeron, como ocurre en este caso. De hecho, este tramo visible al que nos referimos, corresponde a la trasera de las casas construidas en la calle Arfe junto al citado Arco del Postigo.

Una vez dentro de la Plaza del Cabildo vemos otro lienzo de muralla. Si el anterior tiene una longitud de unos diez metros y se encuentra bastante escondido (solo se ve si entran o salen por el acceso de calle Arfe), este otro tiene unos 50 metros y cierra todo el semicírculo que forma la plaza, siento por tanto perfectamente visible si la visitan.Este muro no pertenece a la muralla de la ciudad, sino que se trata de un muro secundario que nacía en la muralla, formando angulos de 90 grados con ella, como si fuera la letra "T" y moría en el muro occidental del antiguo patio de abluciones de la Mezquita Mayor. Es decir, este muro llegaba hasta donde hoy se encuentra la iglesia del Sagrario. Recordemos que los tres muros que cierran el actual Patio de los Naranjos se conservaron cuando se levanta la catedral gótica y el muro oeste se derriba para construir la citada iglesia.

Restos de este muro que vemos en la Plaza del Cabildo se siguen conservando bajo la avenida de la Constitución y formaban parte de la alcazaba donde se encontraban el Alcázar y la mezquita, a la cual se accedía desde la ciudad solo por el patio de abluciones. Los accesos directos a la sala de oración, se encontraban dentro de esta ciudadela palatina y fortificada, prohibidos por tanto para gran parte de la población.


sábado, 13 de diciembre de 2025

PLAZA DE SANTA ISABEL

 

Plaza de Santa Isabel

Este lugar del barrio de San Marcos, que le da nombre al templo que la separa de la calle San Luis, tiene un trazado rectangular y está abierta por dos de sus lados. Aunque la iglesia protagonista de la plaza es la del convento de Santa Isabel. Su portada es el elemento más reseñable de este punto. Fue diseñada por el arquitecto Alonso de Valdevira y está coronada por una escena de la Visitación de Santa Isabel, tallada por Andrés de Ocampo.

A pocos metros de la antigua calle Real de Sevilla, camino principal de entrada a la ciudad desde el Arco de la Macarena, se encuentra esta plaza a la sombra de un convento con el mismo nombre, el de Santa Isabel. El rumor de la fuente invita a la parada, al descanso tras hacer una visita a joyas del mudéjar, como las iglesias de San Gil, Santa Marina o San Marcos, o barrocas, como San Luis de los Franceses.


viernes, 12 de diciembre de 2025

PLAZA DE LA MAGDALENA

 

Plaza de la Magdalena

Hasta 1811, en la Plaza de la Magdalena estaba la iglesia de Santa María Magdalena, que se derribó durante la ocupación francesa y se trasladó al cercano convento de San Pablo. Esa destrucción permitió crear la plaza actual y sepultó la tumba de un ciudadano ilustre de la época: el escultor Juan Martínez Montañés. Su lápida, ubicada en un edificio ahora en obras, recordaba que allí se enterró al artista jiennense.

La nomenclatura de la plaza también refleja la historia de la ciudad. Desde su inauguración, a mediados del s. XIXI, ha recibido varios nombres. Primero fue Plaza de la Libertad, luego Plaza del Pacífico y Plaza del Cristo del Calvario.

La plaza, que se ha modificado en varias ocasiones a lo largo de los siglos XIX y XX, tiene una bella fuente dodecagonal de mármol en el centro que data de 1844. Dos hileras de setos con bancos de hierro la rodean, además de algunas plantas trepadoras como buganvillas o jazmín del cabo, ubicadas junto a palmeras taladas. Dos jóvenes magnolios flanquean los accesos a un recinto pavimentado con una clásica combinación de losa de Tarifa y enchinado.


jueves, 11 de diciembre de 2025

PLAZUELA SANTA ANA

 

Plazuela Santa Ana

La popularmente conocida como Catedral de Triana tiene en esta plazuela su principal fachada, la cual es la primera manifestación de la arquitectura gótica hispalense. En ella su portada se representa el muro del Evangelio, que ofrece rasgos del gótico cisterciense.

miércoles, 10 de diciembre de 2025

COLUMNAS ROMANAS

 

Columnas c/ Mármoles (barrio de San Bartolomé)

Se encuentran tres columnas de granito eqipcio de casi 9 metros de altura, asentadas sobre basas de mármol local y a su cota original, a 4,5 m. de profundidad sobre el nivel de la calle. Fueron elaboradas en época del emperador Publio Elio Adriano o finales de la del emperador Marco Ulpio Trajano, en el s. II y que por sus dimensiones y caraterísticas pudieron corresponder a un templo romano, ya que un pórtico de tales dimensiones es raro de encontrar, mas bien fueron resultado del expolio de otros lugares, reutilizadas para un edificio que se habría ubicado en dicho lugar. Se baraja la hipótesis de que la procedencia de estos restos antes del expolio fueron el Traianeum de Itálica, que salvaron la existencia al quedar embutidas en el patio de una casa hasta 1885, cuando el Ayuntamiento compró dicha casa y la derribó en 1886, aún así, su estado y abandono son preocupantes para tratarse de uno de los pocos restos de época romana en Hispalis.

En el lugar se hallaron otras tres columnas, una de ellas se perdió por completo tras un accidentando traslado hacia el real Alcázar, pues se rompió y fue abandonada perdiéndose su pista para siempre por la actual calle Mateo Gagos.

Dos de ellas fueron trasladadas por Bartolomé Morell en abril de 1574 hacia la Nueva Alameda de la Feria o de Hércules, que se estaba realizando en la antigua laguna de la feria, paseo diseñado por el conde de Barajas. Sobre las mismas se erigiron dos esculturas, de Hércules y Julio César, fundador y promotor de la ciudad respectivamente.


martes, 9 de diciembre de 2025

CASA DE LAS SIRENAS

 

Casa de las Sirenas Alameda de Hércules, 30

El palacete se construyó por iniciativa de Lázaro Fernández de Ángulo, marqués de Esquivel, en la Alameda de Hércules, la zona predilecta de la clase pudiente de la época. Se bautizó con el nombre del «Recreo de la Alameda» y el arquitecto que llevó a cabo la obra fue Joaquín Rodríguez Ayarragaray, que culminó su proyecto en 1864

Es un palacete residencial del s. XIX, de estilo francés, contaba con un patio central, jardines de estilo francés y unas rampas laterales a ambos lados del acceso de la puerta principal, donde se encontraban dos sirenas de bronce sobre pedestales y otras menores en las jambas de la portada. De hecho, el nombre de «Casa de las Sirenas» se debía a estas mitológicas esculturas. Cuando pasaron seis años tras su construcción, el marqués de Esquivel vendió la casa y desde entonces, pasó por varios dueños y cumplió diversas funciones tan variopintas como casa de citas.

Desde la década de 1980, la casa estuvo abandonada y se deterioró hasta un punto en el que robaron las rejas y las sirenas de la entrada (más tarde se hallaron en un chalet de Castilleja de la Cuesta).

En 1992 fue restaurado por el Ayuntamiento y actualmente es el Centro Cívico del Distrito “Casco Antiguo”.


lunes, 8 de diciembre de 2025

ALAMEDA DE HERCULES

 

Alameda de Hércules

El origen de la Alameda debemos buscarlo en el antiguo cauce del río Guadalquivir que atravesaba de norte a sur lo que actualmente es el centro de la ciudad, comenzando su entrada por la zona de la Alameda y terminando en la zona de la Catedral. Dicho cauce fue trasladándose al oeste con el paso de los años, formando el actual meandro y permitiendo el progresivo avance del núcleo urbano primitivo hasta llegar a su situación actual. La Alameda es una zona baja en la que se acumulaba el agua del río cuando este se desbordaba, quedando en su lugar una laguna de agua estancada junto a las primitivas murallas de origen romano. Esta laguna quedaría intramuros, al ampliarse la muralla en época almorávide (s. XI) conociéndose desde la conquista de Fernando III como La Laguna de la Feria, nombre que mantuvo desde la conquista cristiana hasta la construcción del paseo.

Por otro lado, según una leyenda no documentada, cuando Leovigildo fue designado en 584 para reinar, al año siguiente 585 su hijo Hermenegildo se convirtió al catolicismo -frente al arrianimo de reyes anteriores- y se autoproclamó rey en la ciudad, sublevándose contra su padre. Leovigildo hizo cambiar el curso del Guadalquivir, cortando el paso de agua al brazo menor del río que circulaba por la actual Alameda de Hércules a fuerza de obstaculizar su paso para provocar la sequía a los habitantes de la ciudad.

Con el objetivo de sanear la zona, Francisco Zapata de Cisneros y Osorio, conde de Barajas, de 1573 a 1579 fue nombrado capitán general y asistente de Sevilla, primeramente, liberó a la ciudad de la llamada Laguna de la Feria o de la Cañavería, que existía durante siglos, formada, al desviarse el curso del río Guadalquivir, por un brazo del río que quedó sobre el antiguo cauce sin salida, y que se convirtió en un terreno u hondonada por debajo del nivel del agua que nunca acababa de cerrarse, ya que se llenaba bien como consecuencia de las lluvias, por las inundaciones del río Guadalquivir cuando crecía o por aguas residuales de las casas, porque los husillos drenaban mal, acumulándose el agua y quedando estancada frecuentemente, siendo un sitio pantanoso, una charca de aguas muertas, lugar inhóspito, insalubre y pestilente, foco de muchas enfermedades infecciosas, (peste, tifus, cólera,…) extendiéndose los malos olores y los insectos por toda Sevilla.

Primero realizó expropiaciones (entre las que estaban la parte del corral y del aposento bajo de la casa de Juan de Mal Lara, que fueron comprados a su viuda María Ojeda), ordenó hacer acequias en sus lados por las que se fue achicando el agua y fue desaguando vertiéndose el agua en el río Guadalquivir a través de otra acequia que hacía de colector, y, una vez desecado totalmente el terreno, fue allanado y macizado, rellenándose de tierra y de escombros, recubriéndose de albero y embelleciéndolo formándose tres amplias calles de casi 500 metros de longitud y plantándose gran cantidad de especies vegetales, (olmos, cipreses, naranjos, etc.) y sobre todo numerosos álamos, (de ahí el nombre de Alameda ), ya que el álamo es un árbol que crece rápido en zonas pantanosas, formando ocho hileras y dando lugar a un frondoso paseo o jardín.

En la calle central se instalan tres fuentes de mármol y jaspe proyectadas por Asensio de Maeda, cuya agua llegaba desde la Fuente del Arzobispo, que servía para regar y para el consumo humano, agua que, al parecer, tenía propiedades medicinales. (Fuentes de Baco, de Neptuno y de las Ninfas, y una tercera de la que no se tienen noticias).

Mandó llevar allí, tras limpiarlas y restaurados los capiteles por Asensio de Maeda, dos grandes columnas romanas descubiertas en una calle próxima al Alcázar donde estaban abandonadas (columnas gemelas de las tres que se conservan en la actual calle Mármoles),

(del que aún existen otras tres columnas en la citada calle), procedentes quizás de un templo romano, que se trasladaron a la Alameda, debido a la estrechez de las calles sevillanas era complicado transportarlas desde su lugar de origen hasta la Alameda ya que no era posible llevar los fustes de las columnas tumbados, por lo que se ideó una técnica consistente en rodear cada columna por una torre de madera que arrastrada sobre rodillos por la fuerza de bueyes y de hombres se consiguió llevarlas intactas hasta la Alameda, que fueron colocadas al principio de la Alameda, asentándolas sobre dos pedestales de piedra. Se cree que pudieran provenir del Traianeum de Itálica.

Se hicieron también dos pedestales sobre los mismos se colocaron dos esculturas realizadas por Diego de Pesquera, de Hércules (fundador mítico de la ciudad) y Julio César (quien la dotaría de murallas y del estatuto de colonia romana), que encargó al escultor Diego de Pesquera; además, dichas esculturas también representaban a los dos monarcas de la casa reinante entonces en España (Hércules representaba al rey Carlos I y Julio César a Felipe II), y ambos cierran la composición arquitectónica del monumento mirándose, lo que de manera invisible cierra el conjunto al estilo de los arcos de triunfo romanos.

Nombró a un alguacil que lo vigilara, encomendó el riego y limpieza a los aguadores que vendían el agua de gran calidad de las fuentes, procedente del manantial del Arzobispo.

El 28 de diciembre de 1574 se dio por concluida la nueva Alameda, aunque siempre fue necesaria su renovación a lo largo de los años.

En 1764, 190 años después de su inauguración, se iniciaron nuevas obras de gran importancia promovidas por el Asistente Larumbe, que consistieron en la plantación de más de 1600 álamos, el aumento del número de fuentes a seis y la colocación en la zona norte de dos nuevas columnas que el escultor Cayetano de Acosta realizó y erigió rematadas con dos leones portando cada uno de ellos un escudo, el de España y el NO&DO de Sevilla.

En 1876 los pedestales de las columnas se protegieron del público con verjas. En 1885 se colocó junto a las columnas de los leones una fuente de mármol, conocida popularmente como "la Pila del Pato", que se encontraba en el s. XIX en la Plaza de San Francisco, junto al Ayuntamiento y que se encuentra hoy en la Plaza de San Leandro.

Como edificio relevante se encuentra la Casa de las Sirenas, palacete del s. XX

En las cercanías de la Alameda, en la calle dedicada al Conde de Barajas, también se halla la casa en la que nació el escritor romántico Gustavo Adolfo Bécquer.


domingo, 7 de diciembre de 2025

PLAZA NUEVA

 

Plaza Nueva

Por los terrenos donde se asienta la Plaza Nueva pasaba un brazo del río Guadalquivir y se conocían como la laguna de la Pajería. Más tarde, en el s. XIII, la orden franciscana levantaría allí un imponente convento, que estaría en pie hasta 1848. De este edificio religioso se conserva, en un lateral de la plaza, la capilla de San Onofre. Los s. XIX y XX sirvieron para acondicionar la plaza y darle el aspecto actual. Este proceso vino acompañado de numerosos cambios nominales. Comenzó como Plaza de la Infanta Isabel, en honor a la hija de los Duques de Montpensier. Pero en 1873 comenzó a ser reflejo del sistema político imperante de cada momento. Con la I República se llamó Plaza de la República y Plaza de la República Federal. Con la Restauración, en 1875, fue Plaza de San Fernando. En 1931, la II República la bautiza por primera vez como Plaza Nueva, pero en 1936 vuelve a ser de Plaza de San Fernando, aunque nunca se cambiaron las placas. Finalmente, con la democracia recuperó su nombre actual.

Además de la capilla de San Onofre y el Ayuntamiento de Sevilla, en la Plaza Nueva resaltan otros elementos.

Monumento a Fernando III

Tras la demolición del convento Casa Grande de San Francisco se diseñó en el solar la denominada actualmente plaza Nueva. En 1848 el Ayuntamiento de la ciudad aprobó el proyecto presentado por Francisco Javier Cavestany para construir un gran fuente en la plaza, coronada por una estatua del rey Fernando III. El proyecto quedó aparcado hasta que fue rescatado en 1861, dedicando la plaza y la estatua a la reina Isabel II de España. Ésta declinó en 1862 a favor de la antigua idea.

El rey Alfonso XII de España puso la primera piedra del monumento el 27 de marzo de 1877, aunque pasaron cuarenta y siete años hasta que se colocó el monumento. Fue inaugurado el 15 de agosto de 1924. Joaquín Bilbao diseñó un monumento en mayo de 1918 que contaba con una estatua ecuestre de san Fernando con un estandarte, no realizado. Posteriormente, Juan Talavera y Heredia diseñó un nuevo monumento que también contaba con una estatua ecuestre. Joaquín realizó esta escultura de san Fernando con un cetro. En el pedestal están las siguientes figuras:


sábado, 6 de diciembre de 2025

IGLESIA DEL CONVENTO SAN HERMENEGILDO

 


Iglesia del Convento San Hermenegildo.-

En 1554 los jesuitas se encontraban instalados en unas casas prestadas por Gaspar de Guzmán y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar, conde-duque de Olivares en la collación de Santa María de Gracia de la ciudad de Sevilla.

En 1558 compraron un edificio propio en la calle Laraña, collación del Salvador. Realizaron un aulario en el mismo y, en 1561, comenzaron impartieron clases Gramática, en 1563 comenzaron con clases de Retórica y en 1564 de Filosofía.

En 1579 compraron unas casas en la calle Las Palmas, frente la Iglesia de San Miguel. El colegio se fundó en este lugar en 1580. Las clases se trasladaron a este colegio entre 1579 y 1580.

El edificio original fue realizado por Juan Bautista Villalpando, entre 1616 y 1620. La portada del convento, que no se conserva, fue diseñada por Alonso de Vandelvira en 1597.

Tras la expulsión de los jesuitas de España en 1767, el recinto fue usado como institución de acogida para niños huérfanos, cárcel religiosa, sede de la hermandad de la Escuela de Cristo, reñidero de gallos y hasta 1802 que fue ocupado por los franceses, convirtiéndolo en acuartelamiento de tropas de Artillería durante el siglo XIX y principios del siglo XX. Después sería en parte derribado para crear la Plaza de la Concordia y ordenar las calles laterales, conservándose en la actualidad solo la iglesia.

A lo largo de su historia, el edificio acogió del 23 de abril de 1823 al 11 de junio de ese año las Cortes Generales en el repliegue de las instituciones españolas ante el avance de las tropas francesas de los Cien Mil Hijos de San Luis. El contingente fue desplegado por Francia con el apoyo de Austria, Rusia y Prusia, contra el régimen constitucional y liberal proclamado en 1820 por el comandante Rafael del Riego y el coronel Antonio Quiroga, donde se tomó la decisión de incapacitar a Fernando VI para reinar.

En 1836 fue usado como sala teatral, aunque solo duró un año.

Fue sede del Parlamento de Andalucía, entre el 3 de diciembre de 1985 y el 27 de febrero de 1992.

Protegida como bien de interés cultural (BIC), en 2024 es declarada como Lugar de Memoria Democrática.


viernes, 5 de diciembre de 2025

PLAZA DE LA GAVIDIA

 

Plaza de la Gavidia

Se conoce desde 1704 con el nombre de plaza de la Gavidia, y así lo recoge Olavide en 1771, pero poco a poco el nombre se confundió con los distintos cambios que tuvo desde 1862 hasta 1931 (Infante Don Felipe, Calatrava, Alfonso XII) en que se le puso su nombre original, pero como Gavidia, por error tipográfico.

Este lugar, era una zona palaciega, posteriormente se convirtió en zona militar. Podemos ver una placa conmemorativa en una casa palacio en el cruce con la calle Horno, donde nació en 1767 el capitán Luis Daoíz y Torres, "timbre del Real Cuerpo de Artillería España y ejemplo de sublime heroísmo", que participó de manera decisiva en la Guerra de la Independencia y que fue protagonista del levantamiento del pueblo de Madrid contra los franceses el 2 de mayo de 1808.

El centro de esta plaza, está ocupado por un monumento levantado a Luis Daoiz y Torres, la estatua está fundida en la fabrica de Artillería de San Bernardo y cuyo autor es Antonio Sucillo en 1889. Los laterales del monumento estan adornados por dos cuadros de bronce uno representa una batalla y el otro el momento de su muerte.


Hasta 1937, la Plaza de la Gavidia albergó la antigua Capitanía General de la Segunda Región Militar. En los límites de la Gavidia se encuentra


jueves, 4 de diciembre de 2025

PLAZA DEL SALVADOR

 

Plaza del Salvador

Anteriormente la Plaza del Salvador fue el cementerio de la mezquita de Ibn Adabbas, construida en 829-830, derribada en 1671 la sala de oración y construida sobre parte del patio la portentosa iglesia colegial del Divino Salvador. El alminar-torre cuadrada de 5,85 m, de lado y 11,50 m más 2 m soterrados, este espacio fue usado para tal fin hasta el S.XVII, donde se enterraban a los muertos del Hospital de San Juan de Dios.

También fue almacén de agua de los Caños de Carmona.

La plaza debió ser un espacio de recreo y sociabilidad donde, además, se encontraba el zoco en el S.XI. Tras la conquista de la ciudad por los cristianos, en 1340 deciden convertirla en la parroquia del Salvador, barroca con influencia manierista y obra de Leonardo de Figueroa, ocupa casi toda un lateral de la plaza y es el centro de atención para todo el que pasa por allí. Su fachada rojiza y sus escalones son una de las postales de Sevilla en la actualidad. Y, en su interior, cuenta con catorce valiosos retablos que justifican que sea uno de los monumentos más visitados de Sevilla.

En el S.XX se instala en ella la estatura de Martínez Montañés y se plantan naranjos, tal y como podemos verla hoy en día. Martínez Montañés, su estatua, en la plaza, es uno de los protagonistas de la Plaza del Salvador, punto clave para entender Sevilla.


miércoles, 3 de diciembre de 2025

PLAZA DEL CRISTO DE BURGOS

 

Plaza del Cristo de Burgos

Cuatro árboles con lianas tiene la plaza como cuatro faroles de plata el paso del cristo que le da nombre. La Plaza del Cristo de Burgos es sinónimo de cofradías y abundante vegetación. Los plátanos de sombra, las palmeras, los naranjos o los jazmines son testigos del paso de muchas cofradías cada primavera.

Esta plaza, creada en el s. XVI tras la unión de la calle Morería y la plazuela del Mesón del Rey, fue hogar de la comunidad judía, posteriormente de la musulmana y, finalmente, con marcada presencia cristiana. El convento de los Descalzos, situado en la esquina con la actual calle con ese nombre, dio a la plaza su primer nombre conocido. Más tarde y con motivo del nacimiento de Alfonso XII, recibe el de Príncipe Don Alfonso. Con la primera República fue de Argüelles, en 1938 pasó a Plaza de la Virgen del Pilar y en 1951 recibe el nombre actual.

El aspecto actual se debe al proyecto que realizó Balbino Marrón en 1865 y que después ha sido modificado hasta nuestros días por, por ejemplo, el ensanche de la calle Imagen, que comienza en ella hasta la Encarnación. El Colegio de Arquitectos y la iglesia de San Pedro son los edificios más reconocibles de esta plaza, que también cuenta con numerosas casas señoriales y establecimientos hosteleros muy populares.


lunes, 1 de diciembre de 2025

PLAZA DE PILATOS

 

Plaza de Pilatos.- Toma su nombre del Palacio que Fadrique Enríquez de Rivera mandó construir tras el viaje que realizó con el poeta Juan de Encina a Jerusalén en 1519. Este viaje y la posterior construcción del palacio, disparó la fantasía popular en el sentido de ser una copia del primitivo palacio de Pilatos en Jerusalén. Es en realidad un palacio sevillano, el más importante de los que quedan, donde se combinan las distintas tendencias del momento de su construcción, 1533, mármoles italianos, portada genovesa, pinturas murales en una perfecta combinación con la gran colección de estatuas romanas, algunas de ellas regalos del Papa Pío V. Todo bajo un prisma cultural renacentista que no olvida los elementos artesanales autóctonos a la hora de revestir la obra con yeserías y azulejos.

Primera estación. Un azulejo con esa inscripción señala, en uno de los muros de la Casa de Pilatos, el comienzo de un vía crucis que acaba en el templete de la Cruz del Campo. Esa cerámica, al igual que el imponente palacio que evoca al personaje bíblico, se encuentra en la Plaza de Pilatos. Un bello nexo entre las calles San Esteban y Águilas que tiene a un pintor como protagonista.

Una estatua de Francisco de Zurbarán sobre un pedestal pétreo y rodeada de setos preside la plaza. Frente a ella, el lugar que da nombre y popularidad a este punto de Sevilla: la Casa de Pilatos. Un fantástico palacio que hasta finales del s. XV no disfrutó de esta plaza como vestíbulo público. Pedro Enríquez, Adelantado Mayor de Andalucía, compró junto a su mujer Catalina de Ribera varias casas y las derribó creando este espacio que se llamó en un primer momento Plaza del Adelantado.

Años más tarde, a su hijo Fadrique le concedieron el título de Marqués de Tarifa y pasó a llamarse Plaza del Marqués de Tarifa. Curiosamente, tras volver Fadrique de un viaje de Jerusalén, impulsó un vía crucis desde su palacio al templete. La distancia que separa ambos puntos es similar a la existente entre el Palacio de Poncio Pilatos y el Gólgota. Por ello, el palacio es conocido como Casa de Pilatos. La plaza, por su parte, se llamaría Plaza del Duque de Alcalá en honor a Per Afán de Ribera, morador del palacio y descendiente del Adelantado Mayor.

La presencia del palacio, ahora en manos de la Casa de Medinaceli, atrae hasta la plaza a miles de turistas y paseantes cada día. Aunque el primer viernes de cada marzo el público se multiplica por el Vía Crucis que organiza la Pía Unión. Una tradición por el interior del palacio que recuerda la historia de un lugar ya vinculado por siempre al quinto prefecto de la provincia romana de Judea entre los años 26 y 36: Poncio Pilatos.


domingo, 30 de noviembre de 2025

PLAZA DEL MUSEO

 

Plaza del Museo

La Plaza del Museo es, como su nombre indica, la plaza donde está el Museo. Con mayúsculas. El Bellas Artes. Una de las principales pinacotecas de España. Y junto a ella, la iglesia de la Hermandad del Museo. Ambos espacios pertenecían al convento de la Merced, convertido en museo en 1835. En esa época nace la plaza como la podemos disfrutar ahora.

El arquitecto Balbino Marrón aprovechó el derribo del área de noviciado para proyectar una plaza junto con el pintor Andrés Rossi. La inauguraron en 1846, con motivo de la boda de Isabel II. Inicialmente, la plaza se encontraba en alto, rodeada por verjas, plagada de estatuas sobre pedestales y con una fuente con una estatua de Baco sobre un delfín en el centro. La remodelación del edificio conventual en 1860 se aprovechó para rebajar la altura de la plaza, quitar las rejas, trasladar las estatuas a los Jardines de las Delicias y colocar en lugar de la fuente un monumento al pintor Bartolomé Esteban Murillo.

La fachada del Museo de Bellas Artes, principal atractivo de la plaza, es de estilo barroco y se instaló como portada la que antes era la principal de la iglesia, que estaba situada en la calle Bailén. Dicha entrada, por la que pasan miles de visitantes al cabo del año, es obra del cantero Miguel de Quintana y fue realizada en el s. XVIII.

La presencia pictórica en la plaza, de planta rectangular y repleta de jacarandas y naranjos, no sólo se limita al Bellas Artes. Cada domingo por la mañana desde 1999 se celebra en la plaza un mercadillo de arte. En él los artistas exponen sus pinturas, esculturas, fotografías o cerámicas, complementando así a las valiosas obras que se encuentran a pocos metros dentro del edificio.

Capilla del Museo.

En la Cuaresma de 1.575, el gremio de plateros de Sevilla fundó una Hermandad de penitencia cuyo titular fuera una representación de Cristo en el momento de la Expiración. Aprobadas las reglas, la Hermandad salió por primera vez en el año siguiente, desde la iglesia de san Andrés.

El uno de marzo de 1.577 se acordó con el convento de la Merced (actual Museo de Bellas Artes), la cesión de una capilla a perpetuidad a cambio de la suma de tres mil maravedíes. Más tarde, en 1.613 y por la suma de 800 ducados, el convento cedió a la Hermandad un solar de 75 pies de largo por 25 de ancho, que es el que ocupa actualmente la capilla.