lunes, 7 de julio de 2014

´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa’īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī

El 15 noviembre Nace en Lawša/Loja Garnāţa (al-Āndalus) ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa’īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī el gran historiador de al-Āndalus, hay poemas suyos en las alacenas (izqda-dcha) que hay a la entrada del Salón de Embajadores y en la Sala de Dos Hermanas (por las dos inmensas losas de mármol que mandó colocar allí Abū ´Abd Allāh Mwḥāmmad V al-Ganī bi-Llāh. De una familia originaria de Qūrţuba, recibiría su primera educación de su padre y otros eruditos de la época, haciendo el tradicional aprendizaje primario, compuesto de la enseñanza islámica, gramática, poesía y ciencias naturales. Su padre, ‘Abd Allāh, se trasladó a Garnāţa, para entrar al servicio del soberano príncipe de los Banū al-Aḥmar (naşrīes), llegando a ser nombrado superintendente o encargado de los almacenes de víveres. El mismo pasó sus primeros años en ésta ciudad, e hizo sus estudios bajo la dirección de sus más importantes educadores, siendo discípulo predilecto del célebre médico Yaḥyā ibn Hwdsail, cultivando las ciencias filosóficas y adquiriendo importantes conocimientos en medicina. Fue muy aficionado a las letras, siguiendo los cursos de los más destacados literatos y gramáticos, y desarrollando una excelente poesía y prosa, de acuerdo con el mejor estilo árabe. Fue desde muy joven cuando manifestó sus grandes dotes de poeta y espistológrafo, no teniendo en esta última materia rivales en su momento. Su padre, estuvo al servicio de los naşrīes, perdería la vida a manos de los invasores politeístas cristianos en el año 1340, invitando el gobernante naşrī a ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī (que tenía por entonces veintisiete años de edad), para que ocupara el puesto de diwān al-inshā/secretario en el departamento de correspondencia. Por este tiempo compuso unos versos en honor del soberano gobernante, Abū l-Haŷŷāŷ Yūsuf I ibn Ismā´īl, que circularían por el Reyno andalusī. Para compensarle, el ´Āmir le tomó a su servicio y le incluyó en el número de los escritores que trabajaban en Palacio bajo la dirección de Ibn al-Chayab. Vengo a Agmāt y reverente Miro y beso tu sepulcro, ´Āmir magnánimo, faro Que dio clara luz al mundo, En tus rayos, si vivieras, Me bañaría con júbilo. Y mis poesías mejores Fueran el encomio tuyo; Ora postrado de hinojos Sólo la tumba saludo. Egregiamente descuella Entre circunstantes túmulos. Cual tú de reyes y vates Descollabas entre el vulgo. Siglos ya sobre tu muerte Pasaron y tu infortunio; Pero guardas la corona, No te la quita ninguno. ¡Oh, Rey de muertos y vivos! Tu igual vanamente busco, Que no ha nacido tu igual Ni nacerá en lo futuro. Ibn al-Chayab, que sería considerado como el primero de todos los poetas, prosista y filólogos de al-Āndalus, fue el mejor preceptor de ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī. En la caída de Abū ´Abd Allāh Mwḥammād III al-Majlū´ y con el asesinato del poderoso wazīr Mwḥammād ibn Al-Ḥakām, sería escogido ´Abd al-Raḥmān ibn al-Jaldūn, para el puesto de secretario imperial, cargo que desempeñaría hasta el año 1348, fecha en que Abū l-Haŷŷāŷ Yūsuf I ibn Ismā´īl, lo eligiría para el cargo de wazīr/ministro con todos los títulos y privilegios. Con el ejercicio de estas funciones daría muestras de una gran habilidad, y sus relaciones epistolares y diplomáticas, respecto a los príncipes vecinos y soberanos de Ifriqiiah/Ifriqiiah, le hacen merecedor de grandes elogios mostrando un talento admirable. El ´Āmir garnāţino le favorecería con toda clase de distinciones, autorizándole incluso a designar los candidatos para los cargos públicos de la Administración, a los que nombraba buscando privilegios para sí mismo. Todo ello haría que ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī reuniera una fortuna considerable. Por el año 1354 Abū l-Haŷŷāŷ Yūsuf I ibn Ismā´īl, sería asesinado, mientras se encontraba en la Masyid/Mezquita, el día en que terminaba el ayuno legal, para asistir a al-salat, y en el momento en el que éste se inclinaba haciendo suyud/reverencia, un hombre se precipitó sobre él y le asestó una fuerte puñalada por la espalda, falleciendo instantáneamente. Pronto sería proclamado soberano el príncipe Abū ´Abd Allāh Mwḥāmmad V al-Ganī bi-Llāh. Durante este período sería el liberto Abū -l-Nuaym Ridwān, que ejercía los cargos de general en jefe y tutor de los jóvenes príncipes de la familia real, quien realmente gobernara al-Āndalus Tomó por nā´ib/lugarteniente a ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī, dándole una total participación en las tareas de gobierno, gozando la administración de una gran prosperidad y estabilidad política. Una de las grandes virtudes como político sería la de poseer unas excelentes cualidades para la diplomacia: ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī recibiría la misión de trasladarse a la corte Banū Marīnī de Abū Inān, para solicitar el apoyo de éste príncipe contra las armas extranjeras de los castellanos-leoneses. ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī se presentó en dicha audiencia regia, adelantándose a los wazīres/ministros y jurisconsultos que formaban parte de la embajada, y dirigiéndose al propio Abū Inān solicitaría permiso para recitar, de forma literaria, su misión, antes de entrar a parlamentar. El príncipe accedió a ello, y el embajador, puesto en pie, comenzó de esta forma: ¡Vicario de Allāh! ¡oj Allāh el destino aumente tu gloria todo el tiempo que brille la luna en la obscuridad! Oj Allāh la mano de la Providencia aleje de ti los peligros que no podrían ser rechazados por la fuerza de los hombres. En nuestras aflicciones tu aspecto es para nosotros la luna que disipa las tinieblas y, en las épocas de escasez, tu mano reemplaza a la lluvia y esparce la Abūndancia. Sin tu auxilio, el pueblo andalusï no habría conservado ni habitación ni territorio. En una palabra, este país no siente sino una necesidad: la protección de tu majestad. Aquellos que han experimentado tus favores, jamás han sido ingratos; nunca han desconocido tus beneficios. Ahora, cuando temen por su existencia, me han enviado a ti y esperan. El ´Āmir Banū Marīnī encontró muy hermosas estas palabras, respondiéndole al embajador: No regresarás a tu nación y a tus compatriotas sin que tus deseos sean satisfechos; te doy permiso para sentarte. A continuación colmaría de mercedes e infinidad de regalos a los miembros de la embajada y, antes de despedirlos, les concedió cuanto solicitaron. Uno de los antiguos profesores de ´Abd al-Raḥmān ibn al-Jaldūn (narrador de la biografía de ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī, el cādī kserife Abū al-Kāsim, que formó parte de esta comisión, le señaló a aquél, al hablar de tal audiencia, lo siguiente: Es la primera vez que se ha visto que un embajador consiga el objeto de su misión, antes de haber saludado al ´Āmir, a cuya corte había sido enviado. No tardó en ganar el título político de Dhū al-wizāratayn/doble wazīr, que tradicionalmente se concedía a los wazīres/ministros con poderes ejecutivos. Su influencia en la corte y su riqueza provocarían la envidia de los cortesanos, y uno de sus discípulos, el poeta Abū ´Abd Allāh ibn Zamrak, de la escuela malaquita, conspiraría contra ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī, acusándole de herejía, debido a los postulados sufitas que éste profesaba. Fue exiliado a Fās/Fez, de donde no tardaría en volver a su puesto. Otro de los sucesos más destacados de su vida sería la experiencia que vivió en Ifriqiiah/Ifriqiiah, con motivo de acompañar a Abū ´Abd Allāh Mwḥāmmad V al-Ganī bi-Llāh, en su exilio a la corte del Califa merinita Abū Salim, quien los recibió con un magnífico cortejo y con gran dignidad: hizo subir a un trono, colocado frente al suyo, al exiliado monarca naşrīta, recitando a continuación ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī un poema en el cuál suplicaba a éste monarca que le prestare auxilio. El ´Āmir de Ifriqiiah/Ifriqiiah prometió sostener a su huésped y, mientras llegaba el momento de su restauración en el trono andalusī, le colmó de honores, instalándolo en un espléndido palacio, proveyendo de igual forma las necesidades de todos cuantos formaban el séquito del monarca andalusī. El ex wazīr/ministro ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī llevaría durante algún tiempo una vida muy agradable, gozando de los favores y la atención que le otorgara el ´Āmir Banū Marīnī. Solicitó así mismo recorres las ciudades y comarcas de Ifriqiiah/Ifriqiiah, para conocer y visitar los monumentos y recoger la historia de sus antigüas formaciones sociales. Obtuvo el permiso consiguiente, llevando consigo cartas recomendatorias en las que se invitaba a los administradores y walīes/gobernadores a facilitarle medios y obsequiarle con regalos, reuniendo ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī una gran fortuna. Igualmente, y por recomendación del ´Āmir Banū Marīnī, le fueron devueltas las posesiones que éste tenía en la campiña de Qūrţuba. Mientras el monarca andalusī destronado permaneció en Ifriqiiah/Ifriqiiah, ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī estuvo separado de él, residiendo en la ciudad de Salê, hasta el año 1362, en que Abū ´Abd Allāh Mwḥāmmad V al-Ganī bi-Llāh, recuperaría nuevamente el trono. Envió a buscar a su familia, que había dejado en Fās/Fez, haciéndole el encargo a ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī para que les acompañara y protegiera hasta la Península. A su llegada a Garnāţa, fue muy bien acogido por el monarca y restablecido en el puesto que anteriormente había ocupado. El ´Āmir Banū Marīnī ‘Utmān ibn Yaḥyā ibn ´Umar, al servicio de los ´āmires de Garnāţa fue uno de los personajes que más laboró por el regreso a Garnāţa de Abū ´Abd Allāh Mwḥāmmad V al-Ganī bi-Llāh y, una vez conseguido, se vio beneficiado de la confianza del príncipe, actuando como auténtico walī/gobernador de ésta parte de la Península. Pues bien, ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī sintió indignación por la confianza que le otorgaba el príncipe. Mostrándose temeroso de los peligros que a su juicio envolvía la presencia de éstos príncipes Banū Marīnīes, logró que el ´Āmir andalusī articipase también de estos temores, y resolviera tomar medidas de precaución. En Ramaḍān del 764/1363, ´Utmān ibn Yaḥyā ibn ´Umar y su familia fueron encarcelados y poco después expulsados del país. ´´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī quedaría como gobernante y administrador único de aquel Reyno andalusī, obteniendo plena confianza del ´Āmir garnāţino para las tareas del gobierno. Todo ello provocaría que los familiares del príncipe y otros cortesanos comenzaran a levantar contra él todo género de intrigas y calumnias, fundamentalmente referidas a su concepción materialista de la vida, que confesaba en su ideología sufí. En un principio, el ´Āmir andalusī no prestó oídos a estas insinuaciones; no obstante, ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī, advertido de éstas conspiraciones que se urdían contra él, llegaría a concebir la idea de abandonar la corte andalusī, en busca de seguridad. El ´Āmir Banū Marīnī ´Abd al-´Azīz, que gobernaba por entonces en Ifriqiiah/Ifriqiiah, le era deudor de un importante servicio: el haber encarcelado a uno de los príncipes que había iniciado una revuelta en al-Magrib en contra de su gobierno. Como señalamos, ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī encarceló a este príncipe, con lo cual obtuvo toda clase de favores del ´Āmir Banū Marīnī, ofreciéndosele incluso un importante puesto en la corte de Fās/Fez. Entre tanto, ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī era presa de las mayores inquietudes, debido a las noticias que le llegaban sobre las malas artes de los cortesanos y sus continuas intrigas para indisponerle con el soberano andalusī. Le pareció notar que el ´Āmir había comenzado a darles un cierto crédito, e incluso notó una cierta indisposición con respecto a él, decidiendo resueltamente abandonar la corte garnāţina y pasar a Ifriqiiah/Ifriqiiah. Hizo, pues, que se le diera la misión de inspeccionar las fortalezas que cubrían la parte occidental del Reyno de Garnāţa, y partiendo a la cabeza de un escuadrón de caballería, que tenía a su servicio, se encaminó a su destino acompañado de su hijo ´Alī, que era afecto al ´Āmir. Cerca de Ŷabal Ţāriq/Gibraltar envió unos regalos al walī/gobernador de la plaza para comunicarle su presencia. Este oficial, que había recibido ya instrucciones del ´Āmir ´Abd al-´Azīz, saldría al encuentro de tan ilustre visitante, facilitándole la marcha a Sabta/Ceuta, ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī recibiría de los administradores de ésta fortaleza todos los honores de rigor, viéndose colmado de atenciones. Acto seguido, tomaría el camino de Tilimsan/Tremecén, para ir al encuentro del ´Āmir Banū Marīnī en ésta población (1371/2). A su llegada, fue recibido a caballo por los principales oficiales y representantes de la corte; el mismo ´Āmir le acogería con la mayor celebridad, velando por su seguridad y bienestar y dándole el mismo trato que a los miembros de la familiar real. Apenas se hubieron cruzado los primeros saludos, enviaría el ´Āmir a uno de sus secretarios para que lograra del soberano andalusī la autorización para el traslado de la familia de ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī, cosa que así se hizo. A partir de éste momento, la corte de Garnāţa comenzó a hervir en contra del antiguo wazīr/ministro, publicando en todos los tonos hasta los menores deslices en que había incurrido durante el período de su gobierno, siendo considerado a todos los efectos como fugitivo. Estas intrigas hicieron mella en el ánimo del monarca andalusī, que daría crédito a las acusaciones que sobre algunos de sus discursos se hacían, resaltando de ellos su carácter materialista y sufita. El soberano de Garnāţa encomendó a uno de los cāddíes ésta causa, llegando a declarar por un acto formal, jurídico, que aquellos escritos eran propios de un kāfir/infiel. El ´Āmir ´Abd al-´Azīz y exigiera el castigo para el refugiado. El monarca de al-Magrib, aunque partidario de la contrarreforma islámica, gozaba de gran amistad con ´Abd Allāh Mwḥammad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī y no podía desatender los derechos de hospitalidad que anteriormente le había brindado, respondiéndole al cādī con éstas palabras: Puesto que conocíais esos crímenes, ¿por qué no los castigasteis cuando se hallaba entre vosotros? En cuanto a mí, declaro que mientras esté bajo mi protección, nadie le molestará con motivo de éste asunto. No sólo colmó a ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī de mercedes y atenciones, sino a sus hijos y también a los andalusīes que le habían acompañado en su viaje a Ifriqiiah/Ifriqiiah. En el año 1372, muerto ´Abd al-´Azīz, los Banū Marīnīes dejarían la ciudad de Tilimsan/Tremecén, regresando al-Magrib, cosa que también haría ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī, enrolado en la corte de Abū Bakú ibn Ghazi, regente en la administración. Cuando llegó a Fās/Fez, compró allí numerosas tierras y construyó excelentes casas, con hermosos ŷinān/jardines. ´Abd al-Raḥmān ibn al-Jaldūn, en otra parte de su obra, refiere de ésta forma la muerte de nuestro importante político y literato: A principios del año 776/1374 el ´Āmir Abū-l-Abbās llegó a apoderarse de la Villa-Nueva, capital del Imperio, se dejó gobernar por su wazīr/ministro, Mwḥāmmad ibn ´Utmān, que tenía por nā´ib/lugarteniente a Swleymān ibn Dāwūd Proclamado ´Āmir en Ţānŷa/Tanger, se había comprometido con ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī, wazīr/ministro tránsfuga que había excitado a ´Abd al-´Azīz a intentar la conquista de al-Āndalus. Después de haber abandonado la ciudad de Ţānŷa/Tanger, el ´Āmir Abū-l-Abbās tuvo un encuentro con las tropas de Abū Bakú ibn Ghazi bajo los muros de la Villa-Nueva, tras de cuyas murallas habíanse refugiado, viéndose obligadas a sostener un sitio. ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī comprendió entonces el peligro que le amenazaba y se encerró en la ciudad con el wazīr/ministro. El ´Āmir, habiéndose posesionado de la plaza, dejó tranquilo a ´´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī por algunos días; más luego mandó arrestarle por consejos de Swleymān ibn Dāwūd. Este wazīr/ministro profesaba a ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī un odio mortal: cuando Abū ´Abd Allāh Mwḥāmmad V al-Ganī bi-Llāh, estuvo refugiado en Ifriqiiah/Ifriqiiah, había conseguido de él la promesa formal de que, una vez restablecido en el trono, nombraría a Swleymān ibn Dāwūd comandante de los Voluntarios de la Fe. Sentado nuevamente en su trono éste Swleymān ibn Dāwūd solicitó de él cumplimiento de lo ofrecido; pero ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī se opuso a ello, razón por la cual Swleymān ibn Dāwūd regresó a Ifriqiiah/Ifriqiiah abrigando contra ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī un odio secreto que suspiraba continuamente por la revancha. Cuando el ´Āmir de Garnāţa tuvo noticia de que había sido arrestado ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī, envió una comisión presidida por Abū ´Abd Allāh ibn Zamrak, que le había sucedido en el cargo, el ´Āmir de Marrākuš/Marruecos mandó que ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī compareciera ante una comisión compuesta de altos dignatarios y consejeros de Estado. Acusado de haber insertado en sus escritos algunas proposiciones malsonantes, fue encarcelado después de haber sido sometido a la tortura. El Jurado deliberó luego si procedía además imponer la pena capital por las dichas proposiciones. Algunos jurisconsultos votaron por la muerte, dando así ocasión a Swleymān ibn Dāwūd de saciar su sed de venganza. Por órdenes secretas de éste, algunos miserables que tenía a su servicio reunieron por la noche una cuadrilla de gente asalariada, a la cuál se unieron los enviados andalusīes: forzaron las puertas de la prisión y estrangularon a ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī. Al día siguiente se le enterró en el cementerio de la Bāb/Puerta de Mahruk, y al otro día se descubrió que el cadáver había sido sacado de su tumba para hacerle desaparecer por el fuego: hallábase extendido al borde de la fosa, con los cabellos consumidos y la cara ennegrecida por la acción del fuego. Se le enterró nuevamente, y así terminaron las desdichas de ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī. El público se indignó por tal infamia, y no vaciló en atribuir ésta escandalosa profanación a Swleymān ibn Dāwūd, a sus criados y demás dependientes de su administración. Durante los días de su prisión, el desventurado ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī se preparaba a bien morir; aún tuvo el valor suficiente para coordinar sus ideas y componer muchas elegías sobre el triste fin que le esperaba. En una de estas composiciones se expresa así: ¡Aunque estemos cerca de la parada terrestre, nos hallamos ahora alejados de ella! Habiendo llegado al lugar de la cita /sepulcro/, guardamos silencio /para siempre/. Nuestros suspiros se han detenido repentinamente, bien así como se detiene la recitación de la oración cuando se ha pronunciado el Konut. Aunque éramos antes poderosos, ya no somos más que osamentas; en otro tiempo dábamos festines, hoy somos el festín/de los gusanos/. Eramos el sol de la gloria; pero ahora este sol ha desaparecido, y todo el horizonte se conduele de nosotros. ¡Cuántas veces la lanza ha derribado al que lleva la espada! ¡Cuántas veces la desgracia ha abatido al hombre feliz! ¡Cuántas veces se ha enterrado en un miserable harapo al hombre cuyas vestiduras llenaban numerosos cofres! Di a mis amigos: ¡ ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī ha partido! ¡Ya no existe! ¿Y quién es el que no ha de morir? Di a los que se regocijan de ellos: ¡Alegraos si sois inmortales! Tan trágico fin tuvo ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī, cuya privilegiada naturaleza, y su incansable actividad se entreveró de forma solicitada por dos fuerzas distintas que tiraban de él a la par: los ideales políticos y las luchas despiadadas y muchas veces cruentas de la época, y los dulces goces en el cultivo de las letras. Tal era ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī, cuya memoria debe conservar Garnāţa y Andalucía con auténtica veneración. Entre todas ellas sobresale por su importancia la titulada El círculo, que versa sobre la historia de Garnāţa. La obra fue escrita en el año 1369, de la cuál Gallagos tiene un códice que debió escribirse en el año 1489. También se conserva un compendio de la Ihātā, realizado en el año 1319 por el egipcio Mwḥāmmad Badr al-Dīn Bistaki, muerto en el año 1429, y que la escribió con el título Markaz al-ihāta bi-udabā Garnāta (El centro del círculo acerca de los literatos de Garnāţa. Es una obra en ocho volúmenes, de la que existen redacciones más breves –quizás realizadas por el mismo autor. Se presenta como un diccionario de biografías de personajes de Garnāţa o que simplemente pasaron por dicha ciudad. Dispuesta siguiendo el orden alfabético de los nombres, y dentro de cada nombre aparecen los personajes citados por categorías sociales; primero, los reyes y emires; a continuación, los magnates; y finalmente, aquellas personas que descollaron en algún campo determinado: cādíes, jurisconsultos, tradicionistas, poetas, etcétera, dando incluso muestras de sus poesías. Todo ello está compuesto con un estilo muy florido y ampulosos, propio del carácter y profesión que ostentaba ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī, alabando sobremanera a su patria andalusïa, de la cual estaba muy orgulloso. En la redacción del diccionario puso a contribución toda clase de fuentes, en número muy elevado, entre las que, por señalar alguna, citaremos la siguiente: Bayān, Muktabis, Mugrib. Otra de sus obras sería El libro del complemento que, como señala su título, sirve de complemento a la obra anterior, y que se encuentra en la biblioteca de El Escorial, con el número 1.674. Otro de sus escritos sería el conocido por Las vestiduras bordadas, que se trata de una obra que compila la historia de los Bi-l-jilāfa/califas de Oriente y otras noticias de la historia de al-Āndalus y de Ifriqiiah/Ifriqiiah. Existen dos ejemplares de ésta misma obra en El Escorial, con los números 1.771 y 1.772 (v. Camiri, tomo II, p. 177). Esplendor del plenilunio, trabajo histórico de ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī que trata de la dinastía naşrī (nazerita o naşrīta), texto que también se encuentra en la biblioteca de El Escorial, con el número 1.771 bis. La obra está dividida en cinco partes: la primera contiene una descripción de la capital del reino garnāţino; la segunda trata de su provincia y principales comarcas; versa la tercera sobre los gobernadores y príncipes que la rigieron; en la cuarta expone las cualidades y ´Ādab/costumbres de sus habitantes; y la quinta estudia la sucesión de los reyes naşrīes y cuanto en ellos encuentra digno de mención. Yerba olorosa de los cátibes o secretarios y apacentamiento de las cosas que acontecieron, que se encuentra en El Escorial, con el número 304 bis. Estos escritos fueron realizados precisamente para ayudar a los funcionarios y, en especial a loscátibes/secretarios, formando ésta obra, que constituye un manual epistolar, un conjunto de modelo de cartas del que pueden valerse los secretarios a la hora de redactar escritos oficiales. En realidad, lo que hizo ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī no fue sino reunir un conjunto de cartas que él mismo había escrito por el año 1368, y distribuirlas con cierto orden y clasificación en diez capítulos: primero, modelo de cartas con elogios o exordios debidos; segundo, epístolas amistosas a recién casados o a príncipes; tres, cartas para celebrar victorias o bien el feliz regreso de algún amigo o señor; cuarto, peticiones de auxilio contra enemigos; cinco y seis, para agradecer obsequios y fortalecer la amistad; siete, ocho y nueve, que ser refieren a cartas de consuelo, de súplica y de acción de gracia por favores recibidos; y, finalmente, el diez, que contiene modelos de epístolas para conseguir que las amistades sean estables y duraderas. Todas las cartas gozan de un estilo ampuloso y rítmico y muchas de ellas figuran en la segunda parte de las Analectas de Al-Makkarī. Evacuación de la alforja sobre lo agradable del viaje o emigración a país extranjero, en cuatro tomos, refiriéndose a numerosas ciudades de las que da noticias, mencionado igualmente a sus sabios, bibliófilos y bibliotecas. Esta obra se encuentra en El Escorial con el número 1.15. Viaje a Ifriqiiah/Ifriqiiah y su regreso a al-Āndalus. Es una disertación histórica en la que el autor refiere las peripecias de sus viajes y las felicitaciones que recibió por esta empresa. De igual forma señala la magnificencia de las ciudades andalusīes en relación con lo conocido en Ifriqiiah/Ifriqiiah, así como del carácter extraordinario de las instituciones nacionales andalusīes y de lo visto en al-Magrib/Magreb. Excelencias de Mālaqah y Salé. Con éste parangón ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī quiere demostrar las excelencias de al-Āndalus, incluso desde el siglo XIV, marcado ya por la decadencia y por una persistente dominación de los reinos extranjeros peninsulares, y de las corrientes ideológicas e invasoras. Igualmente, señala la enemistad pertinaz que en aquel período existía entre los andalusīes y los beréberes, mostrando nuestro autor un auténtico sentimiento antiberéber. Ello es explicable debido al carácter contrareformador que dominaba en Berbería, a la actitud estrecha y dogmática de sus escuelas islámicas, y al gusto por los proyectos imperiales que marcan este período. ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī aparece en ésta obra marcado por un fuerte nacionalismo andalusī, juzgando de una forma crítica tanto a los líderes musulmanes Ifriqiiahnos como a los cristianos peninsulares. A su juicio, las mulūk al-tawā’if/reinos de taifas andalusīes fueron gatos haciéndose pasar por leones, que llevarían nuestra formación nacional andalusī a la mayor de las ruinas; respecto a los líderes cristianos dice, refiriéndose al Cid, que fue enemigo de Dios, que no evitó la matanza de niños y mujeres tras la conquista de Balansiya /Valencia, y lo mismo fue el maldito tirano extranjero, Alfonso VI. En éste opúsculo, de gran valor por sus datos geográficos e históricos, ´Abd Allāh Mwḥāmmad ibn Sa´īd ibn al-Jatīb Lisān al-Dīn al-Salmānī enfrenta y compara dos ciudades: la andalusī Mālaqah y la magrebí Salé, y aunque él mismo señala desde el principio que no existe punto de comparación, ni posibilidades de parangón entre ambas ciudades, como tampoco lo existe entre Andalucía y Berbería, sin embargo establece varios puntos, a través de los cuales poder constatar la magnificencia de Mālaqah y de la Nación andalusī. Enaltece de Mālaqah la inexpugnabilidad de sus murallas, la industria que en ella florece, la fertilidad del suelo, la fama de que goza, la prosperidad de la ciudad; ensalza a la población malaqeña, su vida económica, el esplendor que alcanzó su gente, así como sus edificios más señalados y sus hijos más ilustres; todo ello para acabar proclamando que Mālaqah " lleva ventaja por su hermosura y perfección, por la belleza de su aspecto y el acopio de riquezas, por sus trémulas umbrías y sus hijos ilustres y, en definitiva, por la exquisitez de sus gentes, industrias y labores ".

jueves, 3 de julio de 2014

Aḥmad ibn Baso

En toda la historia de la arquitectura musulmana se trata del primer profesional del que poseemos datos ciertos y pormenorizados. Este arquitecto, quizas el primer sevillano de una familia que probablemente había emigrado de Toledo en el siglo anterior, era algo más que un simple carif al-banna'in, es decir, un "perito de los albañiles", pues se le atribuye autoridad sobre todos los de Al-Āndalus. OBRAS. A partir de 1159, por orden directa del califa, comenzó a dirigir, junto a al- Hayy Yais, la planificación y construción de Gibraltar, donde apareció al frente de "todos los albañiles y sus similares y los obreros que les ayudasen y obedeciesen". En 1162 apareció dirigiendo restauraciones en Córdoba, tratando de devolverle su antigua vitalidad para lo que "y trajeron albañiles, arquitectos y obreros para la edificicación de los palacios y las casas de sus barrios para volverlas a levantar. En 1171 fue elegido por el califa almohade Abū Yaqub Yusuf para construir los palacios de la Buhayra en Išbylīya/Sevilla: (...) Mandó el ´Āmir al-Mu/minin al cadí Abū- l-Qasim Aḥmad b. Mwḥammad al-Hauffi, y a Abū Bakr Mwḥammad b. Yaḥya b. al-Haza, imam de su mezquita, por la confianza que tenía en la fidelidad y de ambos en su religiosidad y conocimiento de la geometría y de la agrimensura y de los cultivos, que le acotasen de la tierra blanca (...). El alarife Aḥmad b. Baso, jefe de los que edificaban en al-Andalus, se ocupó de construir los palacios citados en la Buhayra (...) Había fuera de la puerta de Qarmūna, en el llano, sobre el camino que conduce a Qarmūna, huellas antiguas, que se habían cubierto, de la construcción de una acequia. La tierra se elevaba sobre ella y había en la tierra una línea de piedras, cuyo significado se desconocía. Fue a ella al-Hayy Yacis, el ingeniero, y cavó alrededor de los vestigios mencionados, y he aquí que apareció la traza de un acueducto, por el que se conducía el agua antiguamente a Išbylīya/Sevilla (...). Niveló la tierra desde este sitio, y condujo el agua por el terreno nivelado hasta la Buhayra citada, que según las crónicas que se conservan eran de una belleza y un refinamiento extraordinario y contaban con hermosos jardines, grandes olivos traídos expresamente desde el Aljarafe, árboles frutales y plantas aromáticas”. Los textos no ofrecen duda sobre el papel que jugó en la planificación y construcción del nuevo centro urbano de la nueva capital de Al-Andalus a partir del año 1172: Más tarde realizó el trazado de la nueva mezquita de Išbylīya/Sevilla: "empezó el ´Āmir al-Mu/minin a delinear el emplazamiento de esta mezquita noble y hermosa. (…) la cual era de gran tamaño, similar a la actual Mezquita de Córdoba; disponía de una cúpula sobre el miḥrab y estaba ricamente decorada con piezas de ébano, oro, marfil y sándalo. Actualmente sólo se conserva el patio de abluciones (Patio de los Naranjos) y algunas zonas muy modificadas próximas a la Puerta del Perdón. se encargó de ello al jeque de los arquitectos Aḥmad ibn Baso y a sus colegas, los arquitectos constructores de Išbylīya/Sevilla, y a todos los arquitectos de al-Āndalus, y con ellos a los arquitectos constructores de la capital Marrakus y de la ciudad de Fez y de la gente de allende al Estrecho y se reunieron en Išbylīya/Sevilla de ellos y de las distintas clases de carpinteros y aserradores y obreros para las diferentes construcciones en gran número, hábiles cada uno en cada especialidad de las obras (...) Reunió para ello obreros con abundancia de hombres y servidores y con la aportación de útiles de madera, traídos de las costas de allende el Estrecho, como no pudo hacerlo ningún rey de al-Andalus antes de él (...). Era el inspector jefe de los constructores y alarifes el arquitecto Aḥmad ibn Baso; y encargado del registro de los gastos Abū Dawud Yalul b. Yaldasan, privado del ´Āmir al- Mu/minin y almojarife de las obras. Entre los inspectores sevillanos de esta obra estaba Abū Bakr b. Zuhr y Abū Bakr al-Yannaqi; luego se les asoció en la inspección ´Abd al-Raḥmān b. Abī Marwan b. Sacid al-AcAsi, el granadino. (...) Entonces llegó la partida del ´Āmir al-Mu/minin para su capital, Marrakus el 14 del mes de Sacban del año 571, y mandó a los alarifes y constructores y operarios el volverse a sus patrias". "(...) mandó al gobernador que mandaba en Išbylīya/Sevilla (...) construir el alminar dicho (...). También fue el que inició la construcción en 1184 de la torre minarete que más tarde se llamó Giralda, El alarife Aḥmad ibn Baso abrió sus cimientos, junto a la aljama, y encontró en ellos un pozo manantial y lo cegó con piedras y cal, explanó sobre el agua hasta que aseguró las bases de los cimientos y construir una serie de rampas que permitían el acceso a las obras mediante cabalgaduras. Se desconoce la fecha exacta de su fallecimiento, aunque se cree que debió ser anterior a 1188, pues en ese año las obras de la mezquita ya no estaban bajo su dirección